'Canelo' Álvarez se presentó a trabajar en el Hard Rock Stadium de Miami y no podemos culparlo por hacer bien su chamba: noqueó a Avni Yildirim, como estaba presupuestado, y retuvo sus títulos mundiales.
El 'Zar' Aguilar lo tiene claro: no culpemos a Canelo, sino al CMB
La fiebre de los títulos y la crisis de los organismos que mantienen al boxeo en la lona alcanzó su máximo bochorno.
Pero, ¿hasta cuándo vamos a permitir que organismos como el Consejo Mundial de Boxeo se salgan con la suya?
Para entender cómo es que un peleador como Yildirim se ganó la oportunidad de contender por el título mundial supermedio tenemos que despojarnos de la idea de que todas las personas -- puntualmente los encargados de ranking del CMB-- realizan su trabajo con el mímino de ética y profesionalismo.
Antes del bochornoso intento de pelea en Miami, Yildirim ocupaba el segundo lugar en el ranking del CMB en las 168 libras. Cómo y por qué son dos preguntas que se plantearon al hacerse oficial la contienda, pero que nadie supo responder.
El turco venía de perder en 2019 ante Anthony Dirrell por el título vacante verde y oro, y dos años antes había perdido otra oportunidad de título mundial ante Chris Eubank Jr., quien del padre solo heredó el apellido.
Si agregamos a la ecuación que Yildirim no subía a un ring desde febrero de dicho año, es decir tenía una inactividad de dos años, y que ya había sido noqueado con relativa facilidad, el desastre solo podía acabar con una contienda dispareja en medio de un miniconcierto de J Balvin.
El CMB se llenó los bolsillos por sancionar una ficción que ellos mismos crearon y dejaron que los fanáticos culparan a Canelo por haber tomado la única opción que tenía si quería mantenerse firme en conquistar los cuatro cinturones, mientras el verde y oro contaban el dinero a escondidas.
¿Cuáles son los parámetros para que peleadores como Yildirim figuren en el top 5 de una clasificación mundial? ¿Favores entre conocidos? ¿Azar? ¿Causalidad?