El deporte engendra, inevitablemente, un atractivo por la monotonía. Monotonía en forma de rostros y camisetas que prolongan monopolios en forma de campeonatos o paternidades. No importa la disciplina ni el espacio en el que ésta se desarrolla. Podría decirse, pues, que el deporte crea y amamanta su propio pecado.
De un mensaje en Instagram a campeón del mundo: Andy Ruiz, el factor subversivo que el boxeo necesitaba
En entrevista exclusiva con Univisión Deportes, Andy Ruiz Jr habló de cómo es que inició su sueño de convertirse en campeón del mundo, contra todo pronóstico, ante Anthony Joshua.
Es por todo esto que una fuerza subversiva como aquella del sábado pasado en el Madison Square Garden, encarnada en Andy Ruiz Jr., es esencial para que un deporte tan importante como el boxeo lave sus pecados del presente y encare el futuro con una mirada renovada.
Todo comenzó con un mensaje privado en Instagram para que Ruiz diera el primer paso --como si de un héroe trágico griego se tratara-- hacia el destino que tenía que cumplir. Pero a diferencia de un Aquiles o un Edipo rey, aquel que apodan 'Destroyer' logró darle un giro a su fortuna con una tremenda actuación que ya forma parte de los momentos clásicos de la 'ciencia dulce'.
"No me creían por la forma en que me veo, pero yo sé pelear y los músculos no ganan peleas", sentenció Ruiz, en entrevista con Univisión Deportes, con la sabiduría que solo un practicamente del arte de "picar como abeja y flotar como mariposa", mejor descrito por 'The Greatest' Muhammad Ali.
Abucheos, ninguneos, chistes y opiniones adversas de expertos y fans fue lo que Andy Ruiz dejó abajo del ring para enforcarse en su objetivo de convertirse en monarca mundial. Y no cualquier monarca, ya que despojó a Anthony Joshua de tres cinturones -- AMB, OMB y FIB-- y ahora sólo queda por sumar el cinto del CMB, en posesión de Deontay Wilder, para barrer la división.
Con el nocaut técnico a su favor, el sueño se concretó más allá de una etiqueta en el boxeo. Andy contó que su madre no pudo contener las lágrimas al verlo bajar del ring como la nueva sensación del deporte.
"Mi mamá estaba llorando porque era un sueño que siempre le decía 'mamá, quiero ser campeón, voy a ser campeón'", rememora Ruiz a poco menos de una semana de la victoria más importante de su carrera.
De niño practicó el be´sibol, producto de su ir y venir entre Mexicali y Valle de Imperial, en California, pero el 'Destroyer' confiesa que el boxeo le atrajo más por la adrenalina de recibir golpes y poder cobrarse con la misma moneda.
"Me aburría un poco tener que esperar la pelota para golpearla", confiesa Ruiz acerca de su infancia como pelotero. "Pero con el boxeo me gustó que me dieran golpes y poder responder (de la misma forma".
Fue su abuelo, a quien nunca conoció, de quien heredó, paradójicamente, el gusto por el cuero, pues entrenaba a aquellos que como su nieto buscaban una vida mejor a base de dar y recibir golpes.
Un sueño que no terminará nunca para la familia Ruiz ni para aquellos que atestiguaron la caída del pecado de la hegemonía en el deporte. Andy Ruiz Jr es el factor rebelde, agitador, redentor que el boxeo necesitaba desde hace varios años.