El 19 de abril de 2010, Edwin Valero decidió terminar con su vida en la cárcel. Ató su pantalón de un extremo a una de las vigas de la celda y el otro alrededor de su cuello, dos días después de haber confesado el asesinato de su esposa, Jennifer Carolina, en un hotel de Carabobo, Venezuela.
Edwin Valero: 'El Inca' invicto, chavista y asesino
Tras su suicidio, el púgil venezolano se convirtió en una suerte de mito en el boxeo.
La decisión de 'El Inca' de ultimarse fue el desenlace trágico de una vida que intentó lidiar con la fama, las drogas, el alcohol y su fanatismo por Hugo Chávez.
De Valero se han dicho muchas cosas. Algunas comprobables y otras no tanto. Meros ejercicios de la imaginación de aquellos que juraron verlo noquear a Óscar de la Hoya durante una sesión de sparring en 2007 o el séquito que perjura que Valero habría acabado con el Manny Pacquiao más despiadado de mediados de los 2000.
Lo único cierto es que Edwin Valero dejó inconclusa una carrera encaminada hacia el éxito con 27 peleas ganadas por nocaut o nocaut técnico --18 de estas de forma consecutiva en el primer asalto--, dos campeonatos mundiales en el mismo número de divisiones (superpluma y ligero) y un largo historial de violencia doméstica que culminó, lamentablemente, con el asesinato de su esposa.
Su relación cercana con el chavismo lo dotó de la admiración y el reconocimiento de algunos, y el desprecio de otros. El fanatismo de 'El Inca' le llevó a tatuarse la bandera de su natal Venezuela en el pecho y el rostro de Hugo Chávez. Sus apareciones públicas con el fallecido mandatario venezolano eran bien conocidas.
Valero fue, para muchos, un títere del chavismo que hizo de esta ideología su estandarte. En 2006 recibió de manos de Chávez el premio Héroe Nacional y fue bautizado como el deportista encargado de encabezar la generación de oro en el deporte venezolano.
El cineasta Ignacio Castillo Cottin, compatriota de Valero, recreó la trágica vida del púgil en la pantalla grande en 2016, pero paradójicamente, la cinta fue censurada en Venezuela. Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, tachó la cinta de propaganda antichavista, pues argumentó que la película mostraba una versión amarillista del púgil y, por ende, del chavismo.
Antes de morir en 2013, Hugo Chávez politizó el suicidio de Valero y declaró que "nunca le perdonaron su identificación con la Revolución Bolivariana: había que destruir, a toda costa, a quien se había convertido en un símbolo".
Pero quizá lo más atinado que pronunció el exmandatario venezolano aquel día de 2010 fue la paradoja que significó la vida de Edwin Valero.
"En su brillante carrera pugilística, dándolo todo por Venezuela, 'El Inca' Valero no conoció la derrota. Pero no pudo convertirse en vencedor de sí mismo".