Tras una fulgurante carrera amateur que le incluyó la obtención de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Gennady Gennádievich Golovkin buscó incursionar en el boxeo profesional teniendo siempre como insignia a los hermanos Klitschko.
GGG, formado en Alemania, consagrado en EU y que busca los corazones mexicanos
Tras su formación en Alemania como boxeador profesional, Golovkin llegó a los EE.UU. donde conoció a Abel Sánchez y donde se enamoró del estilo mexicano.
Alemania fue la escala, la sede y el lugar en donde comenzaría su formación boxística profesional, ese paso en el que muchos aspirantes suelen quedarse, pero que para el kazajo simplemente representó la vía por la cual podría conseguir lo que buscaba.
Fueron 19 peleas con récord invicto y prácticamente todas por la vía del KO, las que impulsaron al kazajo a buscar nuevos horizonte. Europa ya era pequeño en comparación con el potencial que parecía tener.
Llegó entonces a Big Bear, California y ahí la vida decidió junta su carrera con la de Abel Sánchez, entrenador mexicano que le dio un giro total tanto en su forma de boxear como en el estilo y hasta la personalidad que hasta ese momento tenía el que hoy es considerado uno de los mejores pugilistas del orbe.
Paso a paso, entrenamiento a entrenamiento, Golovkin fue tomando un estilo latino, comenzó a pelear en países como Panamá y luego volvió a Europa solo para confirmar que su camino debía ser en la meca del boxeo profesional… los Estados Unidos.
Las peleas siguieron acumulándose, el récord de invicto se fue ensanchando y llegó entonces el momento en el que se dio a conocer más allá de combates de respaldo.
Su rival aquella noche del 18 de octubre del 2014 fue Marco Antonio ‘Veneno’ Rubio y la sede fue el Staples Center de Los Ángeles.
Ese es la única pelea que Golovkin tiene ante un pugilista mexicano y quizás una de las más dominantes que ha tenido a lo largo de su carrera. Un espectacular manejo de jabs y un imponente upper dijeron todo.
GGG aplastó al ‘Veneno’ Rubio, lo noqueó en dos rounds pero sobre todo se ganó el respeto y la admiración del público, que en su mayoría era mexicano, y que lo comenzó a proyectar en toda la unión americana.
“Los mexicanos no tienen un ídolo y parece que un kazajo se está haciendo ídolo de los mexicanos”, esas fueron las palabras de Abel Sánchez, su entrenador.
Bien sabía lo que hacía. La falta de una figura mexicana en el box con un Julio César Chávez Jr. y sus constantes altibajos, un ‘Canelo’ Álvarez cuestionado por la calidad de sus rivales y otros como ‘Gallo’ Estrada en pesos poco atractivos para los reflectores era elementos de sobra para poner a un kazajo “con estilo mexicano” en el corazón de los aficionados que predominan en Estados Unidos.
Vinieron entonces peleadores como Murray, Monroe Jr., Wade Brook y Jacobs, pero ninguno fue rival para el kazajo y tampoco representaban la posibilidad de llegar a las grandes bolsas ni a los grandes escenarios.
Fue entonces que buscó a como diera lugar al ‘Canelo’ Álvarez. Una pelea que lo podría poner como el ídolo “mexicano”, que lo llevará a los grandes reflectores de su primera pelea en Las Vegas y su primer gran bolsa.