En aquel entonces, 17 de marzo de 1990, quizás no pasaba por la mente de ninguna persona la idea de concebir lo que son las redes sociales y el alcance y potencial que tienen, pero si la pelea entre Julio César Chávez y Meldrick Taylor, con sus emociones, repercusiones y declaraciones se llevara a cabo bajo este contexto del 'social media' habría sido una tendencia y un generador de polémica lo que el mexicano dijo sobre aquel épico combate.
Julio César Chávez revela la pelea en la que 'sintió la muerte'
El legendario púgil mexicano dijo que jamás en su carrera tuvo esas sensaciones anteriormente.
En aquella ocasión, Chávez sostuvo un duro combate contra un peleador que llegaba con muy buenas credenciales a ese pleito, pero la pelea se iba alargando y el panorama se volvía muy complicado para el mexicano que en ese momento estaba invicto y el fantasma de sufrir su primer revés se asomaba flagrantemente. Pero ese derechazo que le propinó a Taylor en una esquina del ring y que lo sembró en la lona, en las postrimerías del duodécimo asalto y del que ya no pudo reponerse, le dio un vuelco a la historia, a su carrera y lo hizo sentir algo que nunca antes llegó a palpar y que en sus propias palabras define.
"Sentí la muerte", dijo JC Chávez en Versus de TUDN, recordando aquella hazaña en la Arena Metropolitana de Las Vegas en la que se midió al que califica como "el mejor boxeador al que se haya enfrentado" en su carrera. "Fue el mejor peleador, el más bueno, el más grande con el que me enfrenté en mi carrera, con respeto de Oscar De la Hoya o Kostya Tszyu".
El recinto en la 'ciudad del juego' vio una pelea para la posteridad y en la que JC relata que tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder aguantarle el paso a Taylor: "desde el primer round salí a estar sobre él, a forzar la pelea, él me pegaba el doble pero mis golpes eran de poder, entonces, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano".
Fue tanto el cansancio, el agotamiento en aquella épica pelea que recuerda que llegando al memorable round 12, en su esquina le pidieron que ganara la pelea por México y por su familia, y admite que salió motivado.
"Te lo juro por Dios que cuando lo tumbé, no me importaba perder o ganar, lo único que yo quería era que sonara la campana y que se acabara la pelea, porque yo sentía que me iba a desmayar, me sentía desahuciado. Sentía ganas de vomitar y si lo hubiera hecho no estaría con ustedes, no la hubiera contado, me hubiera dado un derrame cerebral", recuerda el nacido en Sonora.
Sobre la mezcla de su legado con sus hijos
A pregunta expresa sobre cómo manejar que los hijos de un deportista famoso quieran seguir los pasos del papá, Julio reconoció, encogiéndose de hombros, que era un tema complicado por muchos motivos, Chávez reveló ese aspecto de su vida.
"Reconozco que ha sido muy difícil, tanto para mí como para ellos, pero también a ellos se les han abierto muchas puertas por el nombre mío. Pero es muy difícil, por las comparaciones, ha sido muy desgastante para mí. Pero, aparte, los hijos crecen", comenta y dice con cierto humor, con filosofía, dirían algunos, "pero hay mucha gente que se acerca y me pide consejo y yo le quiero dar un consejo a estos canijos y me ignoran, o sea, qupe cosa tan increíble, ¿no?".
Chávez recocnoce que sus dos hijos tienen talento como boxeadores pero que desgraciadamente no lo han sabido explotar y otros factores han influido en que sus carreras no hayan podido tomar vuelos más altos.
"Tienen mucha indisciplina. Por ejemplo, se acaba de anunciar la pelea de Julio Jr. contra Daniel Jacobs, y es una oportunidad muy buena, pero vamos a ver si se está preparando bien, pero se acerca la pelea y empiezan las distracciones y no llega como debe de llegar, pero yo ya no quiero hablar por él, porque luego salgo 'raspado'", contó el legendario boxeador.