El boxeador inglés Tyson Fury prometió noquear a su rival y está tan seguro que aseguró que “va a retirar” a Deontay Wilder el sábado en Las Vegas en el tercer combate de sus carreras por el cetro del Consejo Mundial de Boxeo.
Tyson Fury asegura que “va a retirar” a Deontay Wilder
Pelean por tercera vez este sábado y Wilder lo toma con calma: “No tengo nada qué demostrar”.
Fury y Wilder pugnan por el título de los pesados del CMB pero el invicto campeón británico tiene un balance favorable frente el estadounidense, además de un empate.
"Su legado está en pedazos. Lo noqueé y ahora lo voy a retirar", prometió Fury.
Aunque Fury confía en sus habilidades y superioridad demostrada en los anteriores combates, los expertos advierten que un solo golpe de Wilder puede provocar efectos formidables.
Fury (30-0-1, 21 nocáuts) espera en realidad el día para pelear con su compatriota, el campeón británico Anthony Joshua.
Wilder (42-1-1, 41 nocáuts) resiste y espera demostrar que está lejos de la retirada, como lo ha prometido acelerar su rival para acercarse a la condición de mejor peso pesado mejor de esta era.
El entrenador de Fury, Sugarhill Steward, tampoco tiene duda de que el único resultado que esperan la noche del sábado es un nocaut.
La rivalidad comenzó a fines de 2018 cuando Fury se enfrentó a Wilder en el Staples Center de Los Ángeles y el duelo entre un púgil con poder como Wilder ante otro lleno de habilidades y técnica, había sido favorable al peleador inglés que lo tenía ganado hasta que en el duodécimo asalto cayó por segunda vez a la lona y aunque en ambas se recuperó al final los jueces dieron empate.
Ambos peleadores programaron de inmediato una revancha, pero la política del boxeo la retrasó hasta principios de 2020.
Fury luego dominó por completo la segunda pelea, golpeando a Wilder con su habilidad superior hasta que la esquina de Wilder tiró la toalla en el séptimo asalto en Las Vegas.
Fue solo la segunda victoria por nocaut de Fury desde 2014, y sirvió como la culminación de la evolución de un Hulk de más de dos metros de alto a uno de los pesos pesados más hábiles técnicamente en la memoria reciente.
Fury pensó que la derrota resolvió el duelo con Wilder, y aunque no le importa el enorme pago de este final de la trilogía, el púgil de 33 años está pensando como asegurar su legado y los combates que necesita con rivales a los que todavía no se ha enfrentado.
"Espero que traiga una mejor pelea, porque la última pelea fue decepcionante, por decir lo menos", comentó Fury. "Me entrené para una guerra absoluta, y fue una paliza unilateral, así que espero que pueda darme un desafío".
Wilder, de 35 años, afirma que no tiene "nada que demostrar" en la pelea, a pesar de que Wilder ejerció su cláusula de revancha y persistió en un proceso de arbitraje que obligó a Fury a cancelar un enfrentamiento ya anunciado con Joshua en Arabia Saudita.
La pelea estaba inicialmente programada para julio antes de que un brote de Covid-19 en el campamento de Fury obligara a un aplazamiento de tres meses.
Wilder tiene más que ganar que Fury en esta tercera pelea. La derrota anterior fue su primera desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, y su reacción petulante y ocasionalmente desquiciada no ha sido lo mejor para el excampeón estadounidense.
Pero el argumento de Wilder es que dentro de los pesados un golpe puede cambiar la carrera de cualquier púgil y la suya junto a su legado renacerá si lo logra ante Fury.
"No tengo nada que perder y mucho que ganar", declaró Wilder. "Tu legado solo muere cuando muere el deseo por el deporte, algo que todavía no ha sucedido conmigo y lo vamos a ver el sábado".