El piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) ganó este sábado la 'pole position' en la clasificación del Gran Premio de Abu Dabi, con su compañero y rival, el alemán Nico Rosberg, segundo, un lugar que le haría campeón mundial aunque su rival gane la carrera.
Lewis Hamilton se quedó con la pole en el Gran Premio de Abu Dabi
La última fecha de la Fórmula 1 coloca los pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, en un duelo imperdible por el título.
Todas las opciones de Hamilton, siempre que a Rosberg no le ocurra ningún incidente inesperado, pasan por ganar la carrera en el Yas Marina, y para ello es fundamental salir del primer lugar de la parrilla en el atardecer del circuito emiratí. El de Stevenage cumplió con su duodécima 'pole' del curso, la 61 de su carrera.
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No sólo cumplió el de Stevenage, sino que lo hizo avasallando, liderando sin discusión las dos primeras tandas de clasificación y mejorando sus tiempos a cada momento.
En el primer asalto de la Q3, le sacó más de tres décimas a Rosberg, con un tiempo de 1:39.013 del británico por un 1:39.259 del alemán, una diferencia quizás exagerada que se quedó en esas tres décimas en la última mejora de ambos, con un registro final de 1:38.755 para Lewis y uno de 1:39.058 para Nico.
Pese a que sus cálculos para ganar el campeonato son realmente complicados, ya que necesita ganar y que su compañero sea como máximo cuarto en la carrera, a Hamilton se le ve sonriente, descargado de responsabilidad, optimista y sabedor de que lo único que puede hacer es dar el máximo, que el resto no depende de él.
"He llegado con la mente de conducir como lo vengo haciendo y sé que he dado todo lo posible. Intentaré rendir al máximo y eso me hará sentir orgulloso", declaró Hamilton en la rueda de prensa posterior.
Rosberg, que tiene todo de cara para conseguir el primer Mundial de su carrera, algo que hará realidad si se mantiene en su posición de salida de mañana, ese segundo puesto que ha repetido en las últimas tres carreras, transmite sin embargo una sensación de tensión, lejos del carácter afable que habitualmente muestra.
"Me gusta quedarme con lo positivo, todo cuenta y es difícil ganar una carrera en Fórmula Uno, pero ese es el objetivo de mañana. Voy a pensar en lo simple, no voy a pensar en los 'y si...' y me centraré en hacer buena carrera", declaró el de Wiesbaden, que aspira a repetir el título mundial logrado por su padre en 1982.
Por detrás del duelo a dos de Mercedes estarán en la salida el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), el holandés Max Verstappen (Red Bull) y el alemán Sebastian Vettel (Red Bull).
Estos cuatro pilotos serán los encargados de ponerle pimienta al campeonato, con un sorprendente Ricciardo este sábado, que desbancó en el último momento del tercer lugar a un muy sólido Raikkonen durante toda la clasificación. Verstappen, el más peligroso por su espectacularidad, tuvo problemas al final de la Q3 y saldrá sexto.
Por detrás de ese grupo y los dos coches de Force India se colocó un sorprendido Fernando Alonso con su McLaren-Honda, beneficiado por una mala Q2 del finlandés Valtteri Bottas (Williams) a priori más rápido que él.
"Contentos, no sé si lo esperábamos pero teníamos dudas de entrar en la Q3, Force India estaba muy lejos, solo podíamos competir con Williams, Haas, Renault. Ha ido un pelín mejor de lo esperado, cogemos con gracia esta buena posición", comentó el dos veces campeón mundial español.
Alonso saldrá junto al brasileño Felipe Massa (Williams), que despedirá su carrera en la Fórmula Uno partiendo del décimo lugar, y en la siguiente fila estará el británico Jenson Button (McLaren-Honda), que el año que viene saldrá de monoplaza para dejar su sitio al belga Stoffel Vandoorme.
El mexicano Esteban Gutiérrez (Haas) saldrá decimotercero y tendrá muy complicado sumar ese punto que se le ha resistido toda la temporada, mientras que el alemán Pascal Wehrlein volvió a hacer de tripas corazón con su Manor para superar la Q1, algo que sería noticia si no fuera por el talento del alemán, que ya lo ha logrado otras veces.
Los Toro Rosso fueron la cara amarga del sábado, después de los problemas que tuvo el ruso Daniil Kvyat con los dos pinchazos de ayer y el poco rodaje que tuvieron ambos con el objetivo de encontrar las causas de ese incidente. Ninguno de los dos superó la Q1, el ruso saldrá desde el puesto 17 y el español Carlos Sainz en la última línea de la parrilla.
"Ojalá mañana las cosas vayan mejor, ha sido hasta ahora el peor fin de semana de toda la temporada. Mañana, a salir a divertirse, a hacer nuestra carrera. Si el coche está para hacer 16 a hacer 16, pero no es como quería terminar la temporada", señaló el piloto madrileño, visiblemente enfadado.
En el atardecer de Abu Dabi, Hamilton y Rosberg se pelearán por el Mundial con sus dos Mercedes, en una lucha en la que el alemán tiene las de ganar si le acompaña la proverbial fiabilidad de su monoplaza, pero que se podría decantar para el británico si a Rosberg le asaltan las averías o recibe algún ataque del resto de monoplazas.