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    Niki Lauda: el legado de cuatro décadas de la leyenda del volante

    Como piloto ganó tres campeonatos mundiales, pero tras su retiro, dejó una estela de pilotos exitosos entre las más recientes generaciones.


    Por:
    TUDN


    Video El gran legado de Niki Lauda más allá de sus títulos mundiales
    Como piloto, el autríaco ganó tres campeonatos mundiales, pero tras su retiro, dejó una estela de pilotos exitosos entre las más recientes generaciones.
    3:28 mins

    POR: SAMUEL HERNÁNDEZ REYES

    El mundo del deporte motor perdió a Niki Lauda, el piloto, el consejero. La leyenda.

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    El tres veces campeón de la Fórmula Uno deja un legado de competitividad, tenacidad, técnica y desarrollo del pilotaje para futuras generaciones.

    En todo deporte existen leyendas que por alguna u otra manera se ganaron su lugar en la historia.

    Niki Lauda nació en Viena el 22 de febrero de 1949, en el seno de una de las familias más acaudaladas de Austria. Todo iba bien para el joven heredero, hasta que declaró que se convertiría en piloto de carreras. Ahí se olvidó de su herencia para siempre.

    Al final de la década de los sesenta se buscó de un espacio para competir al menos en el Gran Premio de su país en 1971 con el equipo March, con quienes compitió 12 carreras, luego entró a BRM en 1973 para hacer la temporada de 14 competencias, pero no le llegaba la victoria, sino hasta que se unió en 1974 a la escudería Ferrari.


    Ya había llamado la atención por su análisis, por sus capacidades al volante y porque en su prueba con el monoplaza escarlata, demostró ser veloz y además, con una habilidad única: ser capaz de ayudar en el desarrollo de la unidad de competencia que a la postre, le dio su primera ‘pole position’ en Sudáfrica, y aunque abandonó, no quitó el dedo del renglón para que lograra también arrancar primero y luego conseguir su primera victoria en España, en el circuito de Jarama el 28 de abril.

    Poco a poco, se le fueron dando las cosas para lograr su primer campeonato en 1975 y para el año siguiente, el "infierno verde" fue el escenario de uno de los capítulos más dramáticos de su andar en las pistas de la máxima categoría, cuando en el asfalto aún húmedo el Nürburgring, perdió el control de su auto, estrellándose en la barrera y rebotando envuelto en una bola de fuego, de la cual Arturo Merzario, Guy Edwards, Brett Lunger y Harald Ertl lo ayudaron a escapar de las llamas que le ocasionaron quemaduras de tercer grado. Además, más de un minuto atrapado, lo hizo respirar los gases calientes del incendio.

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    El pronóstico era desalentador, e incluso, recibió la extremaunción. Pero no solo su pasión lo había llevado a olvidar la fortuna familiar, sino que buscó recuperarse para regresar a las pistas por un campeonato que peleaba con James Hunt y seis semanas después, se enfundó el casco para tomar los mandos de su 'cavallino rampante'.

    Esa tenacidad le mostró al mundo que no se detendría a pesar de terminar con las vendas de su cabeza, llenas de sangre por la fricción del casco en carrera. Ya se vislumbraba la leyenda.

    No ganó el campeonato que Hunt si logró conseguir al finalizar la carrera pasada por agua en el circuito de Fuji, en Japón, pero al año siguiente, se rehízo y consiguió con Ferrari su segundo campeonato mundial, en una conducción de la que él mismo dijo, era mejor que antes de su accidente.

    El austríaco Niki Lauda dejó un legado de títulos e historia en el automovilismo, pero su regreso tras el accidente de Nurbugring (Alemania) en el que casi pierde la vida en 1976 es un sello imborrable en la historia del deporte.
    El austríaco Niki Lauda era vigente campeón de Fórmula 1 con Ferrari en 1976 y vivía su mejor momento como piloto.
    Sin embargo, sufrió un accidente el 1 de agosto en Nurburgring que provocó el incendio de su monoplaza, algo que se pensó incluso le costaría la vida por la gravedad del choque.
    Lauda fue trasladando al hospital universitario de Mannheim y la gravedad fue tanta que incluso un sacerdote le aplicó la extremaunción. El piloto había aspirado mucho humo y los pronósticos eran reservados.
    La imagen del vehículo en llamas hacía pensar lo peor sobre la salud de Lauda, con un alto riesgo vital.
    Sin embargo, había Lauda para rato y el piloto de Ferrari volvió más fuerte que nunca no solo en una recuperación notable sino dispuesto a volver a competir.
    A tan solo seis semanas de un accidente que muchos consideraron letal, el austríaco estaba de nuevo en competencia para luchar por el título de 1976.
    A pesar de que el accidente le dejó una cicatriz en el rostro, eso no detuvo a Lauda para seguir en competencia no solo ese año sino hasta su retiro definitivo en 1985.
    De hecho, y a pesar de que abandonó temporalmente en 1979 para regresar en 1982, Lauda fue campeón dos veces luego del accidente de Nurbugring.
    La imagen de Niki Lauda en su monoplaza con una máscara que lo protegía por completo se convirtió en toda una postal deportiva en contra de la adversidad.
    Así fue como un accidente que por poco le cuesta la vida no detuvo a Niki Lauda para ser tres veces campeón de Fórmula 1, en una gran evidencia de valentía que lo catapultó como una leyenda.

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    Imagen Getty Images
    El austríaco Niki Lauda dejó un legado de títulos e historia en el automovilismo, pero su regreso tras el accidente de Nurbugring (Alemania) en el que casi pierde la vida en 1976 es un sello imborrable en la historia del deporte.


    Salió de la escudería de Maranello para recalar en Brabham-Alfa Romeo hasta 1979 y luego se retiró para fundar Lauda Air, su empresa de aviación. Y cuando los números no eran tan buenos, regresó con McLaren en 1982 para empujar su suerte y conseguir su tercera corona en 1984 y a finales de 1985 se retiró definitivamente.

    Tenía a la Fórmula Uno en la sangre y, de hecho, a pesar de ser un hombre de negocios, nunca se fue del todo, tanto así que en 1995 fue consejero técnico de Ferrari y los cinco campeonatos de Michael Schumacher tienen mucho que ver con Lauda, pues fue su idea contratar al alemán que haría historia con la casa escarlata.

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    Además, dirigió a la escudería Jaguar y fue comentarista para las transmisiones de la F1 de la cadena RTL antes de que Mercedes lo llamara para ser Asesor Técnico y presidente no ejecutivo, donde además tuvo el tino, nuevamente, de conseguir un piloto que los llevara a lograr el ansiado campeonato y, tras el desarrollo que Michael Schumacher iniciara para las "flechas plateadas", luego el retiro definitivo del siete veces campeón del mundo, es como llegó Lewis Hamilton, con lo que la escudería alemana se convertiría en el equipo más fuerte de la época actual y no solo por él, pues Nico Rosberg también logró el título en su momento.

    Capaz de administrar las habilidades de los pilotos, de dirigir los pasos en la técnica para mejorar la escudería, hombre de negocios y uno de los personajes más queridos y respetados en el paddock de la Fórmula Uno es como muchos recordarán a Niki Lauda.

    Muchos extrañarán al hombre cariñoso con su familia, afable con los medios y aficionados, exigente en su persona y siempre competitivo, quien demostró calladamente la forma de forjar una leyenda a la que hoy le llora el deporte motor mundial.

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