El que los New England Patriots hayan representado a la AFC en cuatro de los últimos siete Super Bowls se debe a un equipo en especial: los Pittsburgh Steelers.
Ahora o nunca para unos Steelers que no han podido con la etiqueta de favoritos
La franquicia más ganadora de la NFL tiene todo con qué avanzar a su primer Super Bowl en 10 años.
Sin demeritar lo hecho por Tom Brady y Bill Belichick, y la dinastía que han creado en Foxborough, eso en gran parte se hubiera podido evitar si los Steelers jugaran de acorde a su etiqueta de favoritos.
Basta con recordar lo que sucedió la campaña pasada. Pittsburgh necesitaba vencer en casa a New England en la Semana 15 para asegurar el home field advantage en los Playoffs, pero increíblemente perdieron en la última jugada.
Ese encuentro puede resumir lo que han sido los Steelers a lo largo de la última década. Teniendo el mejor plantel de toda la AFC, siempre se han quedado en la orilla del Super Bowl (su última aparición fue en 2010).
¿Cambiará su fortuna esta temporada? Los Acereros, una vez más, cuentan con uno de los rosters más completos en la NFL. Tienen al mejor receptor (Antonio Brown), al mejor corredor (Le’Veon Bell), a un QB top 10 (Ben Roethlisberger) y una defensa, liderada por Cameron Heyward, que puede convertirse en una de las más efectivas de la Liga.
Su ofensiva fue la tercera que más puntos anotó en 2017 y su defensiva fue la segunda que menos puntos permitió.
En resumidas cuentas, los Steelers son quizás el equipo más completo, pero ¿por fin le sacarán provecho?
Ganar la División Norte no debería suponer un reto complicado. Baltimore está por empezar una nueva era y se avecina el final del QB Joe Flacco, los Bengals mientras sigan teniendo a Andy Dalton no aspiran a nada, y los Browns… son los Browns.
Su verdadera prueba de fuego se llama New England Patriots. Si Pittsburgh desea dar ese salto de calidad, asumir su favoritismo y jugar el Super Bowl LIII, debe derrotar de una vez por todas a Brady y compañía.
La carrera de Big Ben está cerca del final, por lo que Pittsburgh tendrá que sacarle el mayor provecho posible y por primera vez en la última década superar las altas expectativas para dejar de ser el "ya merito".