América dio en la Copa Libertadores un " Maracanazo" inolvidable, el "otro", si se toma en cuenta el ocurrido en 1950, y que es imborrable para todos los aficionados azulcrema.
América dio en la Copa Libertadores un "Maracanazo" ante Flamengo
El conjunto azulcrema mostró su grandeza en la Copa Libertadores hace 12 años.
“Yo solo vengo a cumplir con los últimos 2 partidos que nos quedan” dijo Juan Antonio Luna, ícono azulcrema de la década de los 80, cuando tomó el cargo de director técnico interino del Club América.
Luna llegó al timón después de la renuncia de Rubén Omar Romano, tras una escandalosa derrota de 4-2 ante el Flamengo en el Estadio Azteca dentro de la ida de los Octavos de Final de la Copa Libertadores 2008, el técnico argentino se hizo a un lado después de dejar al América en último lugar del Torneo Clausura 2008 y del revés en casa ante el conjunto brasileño.
Los 2 partidos a los que Luna se refería era a la última fecha del Clausura 2008 ante Monterrey, de trámite (las Águilas cerraron el torneo con triunfo 1-0) y el otro encuentro de “trámite” era la vuelta ante el Flamengo, en el Estadio Jornalista Mário Filho, mejor conocido como “Maracaná”.
El sentimiento generalizado en jugadores y afición era de pesadez, inconcebible hacer algo en Copa Libertadores. Había qué pensar ya en el Apertura 2008, aunque todavía quedaba un viaje a Brasil como última (y quizás tortuosa) escala antes de culminar una campaña, quizás así lo pensó Juan Antonio Luna al afirmar que dirigiría 2 partidos, y ni uno más.
El 7 de mayo de 2008, las Águilas se presentaban en el legendario Maracaná ante el equipo con la mayor cantidad de aficionados natos del mundo: un Flamengo que solamente un resultado de cataclismo bíblico lo dejaría fuera de los Cuartos de Final del torneo más importante del continente a nivel de clubes.
Por el gol de visitante, América necesitaba 3 goles sin respuesta para superar en el global al “Mengao”. A los 21’ Salvador Cabañas, con ayuda de la zaga, abriría el marcador con un disparo desde fuera del área en lo que lucía como añadirle decoro al global.
Poco antes del descanso, Enrique Esqueda anotaría uno de los goles más importantes en su carrera para emparejar los cartones 4-4, un esfuerzo inimaginable para el Club América, aunque todavía insuficiente.
Pero a los 78’, un lejano tiro libre de Salvador Cabañas pondría el milagroso tercer tanto de los azulcrema, el del triunfo definitivo, el de la sorpresa, el del pase a Cuartos de Final de la Copa Libertadores, el del Maracanazo del Siglo XXI.
En esa edición de la Copa Libertadores, América logró meterse entre los cuatro mejores equipo del torneo, caería ante la LDUQ por gol de visitante, pero aquel 7 de mayo, los azulcrema dieron un grito a todo el continente, un manifiesto. Una noche inolvidable para la mayor “torcida” brasileña y, por supuesto, memorable en Coapa.