Adriano, quien fue una de las figuras de la selección brasileño, escribió una desgarradora carta donde narró como ha sido su vida y en la cual se describió como una ‘promesa incumplida”.
Adriano abre su corazón con desgarradora carta
El exfutbolista brasileño contó como ha sido su vida y se describió como una "promesa incumplida".
Dicho texto fue publicado por The Players Tribune y también cuenta como vive actualmente en la villa Cruzeiro.
“¿Sabes lo que se siente ser una promesa? Lo sé. Incluyendo una promesa incumplida. El mayor desperdicio del fútbol: yo. Me gusta esa palabra, desperdicio. No solo por cómo suena, sino porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida. Estoy bien así, en un desperdicio frenético. Disfruto de este estigma. No tomo drogas, como intentan demostrar”
“No me gusta el crimen, pero, por supuesto, podría haberlo hecho. No me gusta ir a discotecas. Siempre voy al mismo lugar de mi barrio, el kiosco de Naná. Si quieres conocerme, pásate por aquí”, comenzó escribiendo Adriano.
El exjugador del Inter de Milan también recordó cómo ha sido su contacto con el alcohol a lo largo de su vida y reveló que en la actualidad bebe todos los días.
“Tenía 14 años y en nuestra comunidad todos estábamos de fiesta. Había mucha gente, esa alegría que se apoderaba de todo. Samba, gente yendo y viniendo. En aquella época, yo no era bebedor, pero cuando vi a todos los chicos haciendo sus cosas, riéndose, dije ‘aaaahhhh’. No había manera. Tomé un vaso de plástico y lo llené de cerveza. Aquella espuma amarga y fina que bajaba por mi garganta por primera vez tenía un sabor especial. Un nuevo mundo de ‘diversión’ se abrió ante mí. Mi madre estaba en la fiesta y vio la escena. Se quedó callada, ¿no? Mi padre… Mierda”
“‘Para ahí mismo’, gritó. Corto y grueso, como siempre. Mis tías y mi madre se dieron cuenta rápidamente y trataron de calmar los ánimos antes de que la situación empeorara. ‘Vamos, Mirinho, está con sus amiguitos, no va a hacer ninguna locura. Sólo está ahí riéndose, divirtiéndose, déjalo tranquilo, Adriano también está creciendo’, dijo mi madre. Pero no hubo conversación. El anciano se volvió loco. Me arrancó la taza de la mano y la arrojó a la cuneta. ‘Yo no te enseñé eso, hijo’,
“Cuando fui al Inter sentí un golpe muy fuerte en el primer invierno… Llamé a casa. ‘Hola, mamá. Feliz Navidad’, dije. ‘¡Hijo mío! Te extraño. Feliz Navidad. Todos están aquí, el único que falta eres tú’…Estaba destrozado. Cogí una botella de vodka. No exagero, hermano. Bebí toda esa mierda solo. Me llené el cu… de vodka. Lloré toda la noche. Me desmayé en el sofá porque bebí mucho y lloré", contó Adriano.
“ Bebo cada dos días, sí. Y los otros días también. ¿Cómo llega una persona como yo al punto de beber casi todos los días? No me gusta dar explicaciones a los demás, pero aquí va una: bebo porque no es fácil ser una promesa que sigue en deuda. Y a mi edad, esto es aún peor”,
El brasileño también contó como es su vida en la Villa Cruzeiro donde lo ve como un lugar donde si lo respetan.
" Es un lugar muy peligroso, la vida es dura, la gente sufre. Muchos amigos tienen que seguir otros caminos. Si me detengo a contar todas las personas que conozco que han fallecido de forma violenta, estaríamos aquí hablando días y días... Lo único que busco es paz.
"Aquí camino descalzo y sin camiseta, solo con pantalones cortos juego al dominó, recuerdo mis historias de infancia, escucho música, bailo con mis amigos y duermo en el suelo. Veo a mi padre en cada uno de estos callejones. ¿Qué más quiero? Ni siquiera traigo mujeres aquí solo quiero estar en paz y recordar mi esencia. Por eso sigo volviendo aquí. Aquí me respetan verdaderamente. Aquí está mi historia. Vila Cruzeiro no es el mejor lugar del mundo. Vila Cruzeiro es mi lugar”, afirmó.