El Bayer Leverkusen ganaba cómodamente 2-0 al Borussia Mönchengladbach cuando comenzó el “show” de Jonathan Tah. El zaguero alemán del Leverkusen tuvo una noche de pesadilla y no es necesario hurgar más en la herida: el Gladbach le dio la vuelta y punto.
Alemania se va a caer a pedazos y nadie lo quiere ver
Prospectos teutones como Jonathan Tah o Joshua Kimmich están aún muy lejos de una generación dorada que necesitará recambio.
Los futbolistas de la espina dorsal de la “Mannschaft” campeona en Brasil 2014 aún tienen menos de 30 años: Hummels, Boateng, Kroos, Khedira, Özil y Müller. Parecería que no hay por qué preocuparse, ya que Joachin Löw fue el arquitecto del recambio generacional de “La Nueva Alemania”.
Sin embargo, antes del éxito de “La Nueva Alemania”, se vivió una década en la cual esta selección tetracampeona mundial tocó fondo siendo eliminada bochornosamente de fases grupales de Eurocopas. La federación logró revertir la decadencia gracias a “Das Reboot”, como lo llama el periodista alemán Raphael Honigstein en su libro homónimo. “Das Reboot” es simple y sencillamente el recambio generacional.
El equipo que más sufre la muy escasa consolidación de los jóvenes alemanes es el mismo Leverkusen: la escuadra de Roger Schmidt apostó por promesas como Julian Brandt, Karim Bellarabi o el propio Tah. Hace dos temporadas ficharon a Christoph Kramer y su paso por la Bay Arena fue tan irregular que lo regresaron al Gladbach.
En la banca alemana durante la derrota en semis de la Euro frente a Francia estaban Leroy Sané y Julian Weigl, quienes tienen una pinta de cracks magnífica. En el césped ya estaban Kimmich (lateral derecho) y Emre Can (un mediocampista decente). Claramente Löw no es tonto y ya echó en marcha el refresco de su espina dorsal con sangre nueva.
Es, no obstante, la calidad de la sangre nueva lo que está en discusión. Si damos por sentado que las sobresalientes condiciones de Julian Weigl cristalizarán en el recambio de Toni Kroos, hay que considerar también que hay seis años de diferencia entre uno y otro. Es decir, en ese espacio de seis años hay margen para la incertidumbre.
Cuidado, Alemania. Entre la generación dorada y la sangre nueva existe un espacio “equis”, un hoyo negro, un vacío de calidad. Asimismo no sabemos qué tan buenos son los Tah, los Brandt, los Kimmich y los Weigl. La “Mannschaft” se puede caer a pedazos y no estamos siendo capaces de verlo.