Argentina

    ¿Se fue el ‘Don Vito’ Grondona y se acabó la selección de Argentina?

    Antes de haber sido acusado y encarcelado, el cacique falleció en 2014 dejando un vacío de poder que tiene a Argentina al borde de la eliminación.


    Por:
    TUDN


    Imagen Gabriel Rossi (Getty Images).

    Más importante aún que saber quién fue Julio Grondona, toda la gente de fútbol en Argentina sabe cómo fue Julio Grondona: de pocas palabras, de discursos públicos tan superficiales como políticamente correctos, de charlas privadas con aliados y enemigos cuyos secretos él se llevó a la tumba después del mundial de Brasil.

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    Grondona ascendió al trono de la Asociación de Fútbol Argentino en 1979, un año después del primer título mundial albiceleste ante la Naranja Mecánica sin Cruyff. Es decir que, (sin faltarle al respeto al fallecido mandamás), fue él como esos insectos o aquellas tortugas que los científicos dicen que sobreviven desde la época de los dinosaurios. Don Grondona supo usar y defender su poder en tiempos de dictadura militar, de vuelta a la democracia, de neoliberalismo, de crisis económica y de polarización política y social.

    Era un peludo gato blanco con un diamante en el collar que siempre se las arreglaba para caer sobre sus cuatro patas.

    Cuando los clubes argentinos se iban a la quiebra todos en 2009, Grondona fraguó una alianza con la entonces presidenta Cristina Fernández. Él se comprometía a romper el contrato televisivo con una empresa cuyos directivos ahora están presos en Brooklyn, Nueva York; y la presidenta a su vez destinaría recursos públicos al rescate del balón. Estrellas como Radamel Falcao se marcharon a Europa vendidas a precio de remate, pero al menos los partidos podían verse gratis en televisión pública.

    Vicepresidente de la FIFA durante los años de corrupción sin límites revelados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Don Julio escapó al arresto que varios de sus aliados sufren alrededor del mundo. Como ya no se puede proceder jurídicamente en contra suya, la acusación oficial lo nombra simplemente como “co-conspirador número uno”:

    “Justo como el acusado Jack Warner, los acusados Nicolás Leoz y Ricardo Texeira, junto con el co-conspirador número uno, llegarían a usar su poder e influencias para enriquecerse ilícitamente ellos mismos”.

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    Sin embargo, la muerte del Don también fue la muerte de la estabilidad en la AFA y la muerte de la lógica de las matemáticas: una votación que habría de elegir al sucesor en el trono acabó en un empate a 38 votos entre dos candidatos cuando sólo 75 dirigentes estaban habilitados para votar. El voto de Don Julio fue sufragado desde la tumba.

    El fútbol argentino extraña la gobernabilidad, gobernabilidad cínica quizás (pero gobernabilidad al fin y al cabo), proyectada por la sombra de Grondona. La AFA sospechosa de corrupción vive intervenida por la FIFA acusada de corrupción. La selección argentina de Lionel Messi, el mejor futbolista de la historia de la Champions League, vive en la zozobra de no saber si irá o no al mundial.

    No hay soluciones simples a la crisis de Argentina. Echar al seleccionador y poner a otro es como cambiar de marca de píldoras para el dolor de cabeza para un enfermo crónico.

    Don Julio acaso tiene todas las respuestas a todas las preguntas, pero se las llevó consigo al más allá. Más acá está la imagen de una Argentina eliminada del mundial.

    César Martínez

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