LaLiga, la Champions League, la Copa del Rey o la Supercopa, pareciera que cualquiera de estos torneos se trasladó a Texas para tener una jornada excepcional, de un partido de otro planeta, como si fuera oficial en plena 'tranquilidad' de Dallas pero con una rivalidad entre Barcelona y Real Madrid que se traslada a cualquier campo y a cualquier instancia.
Barcelona golea a Real Madrid en un Clásico espectacular en Texas
Los catalanes se desquitan con los merengues en un amistoso que pareció de otro planeta y con título oficial en juego en pletórico AT&T Stadium.
El conjunto catalán goleó 3-0 a los merengues en un duelo que parecía tener un título oficial y de prestigio en juego, con récord de asistencia en el AT&T Stadium de Arlington y con una hemorragia de oportunidades a gol, tarjetas, broncas y emociones en una edición especial de El Clásico en los Estados Unidos.
La escuadra madridista parecía tener las riendas del caballo llamado Clásico, apenas unos segundos y los de Carlo Ancelotti ya habían pisado el área blaugrana en lo que era un manifiesto de intenciones que no amedrentó a unos blaugranas que apostaron fuerte a transiciones rápidas, sabedores de que sería difícil mantener un nivel de posesión alto ante los merengues.
Las llegadas a ambos marcos cayeron a racimos incluso desde los primeros instantes y, desde luego, los porteros Ter Stegen y Courtois trabajaron horas extras: fueron los elementos de mayor tensión en todo el compromiso, con una cana nueva naciendo tan pronto el equipo rival rebasaba la media cancha, pero fue Romeu quien tuvo el mayor aviso al estrellar balón al travesaño.
La hemorragia de llegadas en ambas metas tuvo su cumbre con varios tiros al palo más y con un penal fallado de Vinicius en el primer tiempo, instantes después de que Ousmane Dembélé (quizás en su último Clásico), abriera el marcador a los 15'. Xavi respiraba desde la banca, si bien estaba con el ojo puesto en el desempeño de un Gündogan que ha arrojado dudas desde su llegada y parecía no estar al ritmo del importantísimo rival en su primera experiencia con los merengues en frente.
Kroos y Modric entraron en el segundo tiempo, quizás ya como los nuevos 'suplentes' de gran lujo en la banca blanca y con la consigna de poner orden y parar la cascada de fallas frente a meta mientras que Vinicius quebraba un par de caderas en el complemento para intentar compensar el balón que estrelló en el travesaño desde los once pasos.
Con ambas escuadras ya sin sus mejores escuadras en el campo, y con los ánimos ya bajos de revolución, Fermín dio una alegría y esperanzas de lo que puede ser con los catalanes al firmar un golazo que hizo extenderse sin éxito a Courtois y Ferran Torres cerró la cuenta ya en la compensación.
Un castigo muy severo a un Real Madrid que tuvo incluso para ganar el encuentro pero que acabó por morder el polvo en un duelo al que solo le faltaba jugarse en Texas, tierra de Cowboys pero con relatos 'Clásicos' que son mejores que cualquier cuento de vaqueros.