"La Cumbre de las Américas es la reunión de un club de democracias. Cuba, Nicaragua y Venezuela no lo son. No hay por qué darles a sus dictadores el mismo reconocimiento que tienen presidentes legítimamente electos. Además, es muy poderoso el mensaje que se envía a cubanos, venezolanos y nicaragüenses: sabemos que viven en una tiranía y que no los dejan hablar, pero el mundo sabe lo que están viviendo; no están solos. Y por eso sus dictadores no vienen a la fiesta".