Es la fanaticada que siempre rompe todos los récords mundiales de asistencia a su estadio para apoyar incondicionalmente a su equipo. En las malas y en las buenas (y en las más o menos) no paran de alentar y ondear banderas negras y amarillas. Pero esta vez algunos se sobrepasaron.
Aquí el contexto y significado de los insultos de los del Dortmund contra el Leipzig
“La Muralla Amarilla” (Die Gelbe Wand) preparó un hostil recibimiento a su rival por considerarlo un club artificial hecho con dinero de Red Bull.
“BUEYES DE MATANZA” (BULLEN SCHLACHTEN), “BUEYES PUERCOS” (BULLEN SCHWEINE) “¡RED BULL, ENEMIGO DEL FÚTBOL!” (FEIND DES FUSSBALLS!!), fueron los mensajes más “amigables” entre un mar amarillo de pancartas y mantas cuyos tonos eran de insulto y agresión hacía el club recién ascendido y sublíder de la Bundesliga, el RB Leipzig.
Como ha sido explicado previamente, la famosa compañía austriaca de bebidas energéticas "que dan alas" adquirió a un club semi-profesional de Leipzig, en la empobrecida parte oriental de Alemania, a fin de tener su propio club de Bundesliga. Como en aquel país se prohíbe que compañías comerciales manejen equipos deportivos, Red Bull se valió de lagunas legales para alcanzar su cometido (el nombre del equipo es RasenBallSport Leipzig, y no Red Bull Leipzig).
Para muchos aficionados alemanes el Leipzig es todo menos un club de fútbol. Entre ellos está el dirigente del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke, quien en el duelo entre ambas escuadras en la primera vuelta de la temporada declaró que “solamente se fundó a ese equipo para vender latas de refresco”.
Pero más bien fueron latas de cerveza (y piedras) las que los ultras del Dortmund arrojaron contra fanáticos del Leipzig en las afueras del Signal Iduna Park. Aunque la Federación Alemana y el mismo Borussia Dortmund han señalado que perseguirán a los responsables por incidentes dentro del estadio, la policía alemana ya tomó cartas en el asunto por lo ocurrido fuera de él.
Reporteros presentes en la cancha la noche del partido aseguran, sin embargo, que la atmósfera en las tribunas superó cualquier cosa experimentada anteriormente con la afición “Borusser”. Que los cánticos de más de 80 mil gargantas enardecidas rompieron las marcas registradas en los derbis regionales entre el Dortmund y el Schalke 04, y en los derbis nacionales entre el Dortmund y el Bayern de Múnich.
“La gente estuvo muy ruidosa”, dijo el guardameta suizo Roman Bürki, “y fue excelente para nosotros porque nos empujó adelante”.