En otras entregas he expuesto la necesidad de uniformar un solo torneo para América. La fundación de dos confederaciones respondió en su momento a una necesidad específica pero los tiempos actuales demandan reorganizarse en un ente rector del futbol en el continente.
Raúl Méndez | Por una Copa América
Tras el gran torneo que fue la Copa América 2021 y lo emocionante de la Copa Oro 2021, Raúl Méndez hace una propuesta que luce muy interesante.
Tras Rusia 2018 Europa casi cerró sus fronteras con el resto del mundo al crear la Liga de Naciones porque esas fechas en el calendario se aprovechaban para juegos amistosos y ahora no hay oportunidad de enfrentarlos, salvo casos excepcionales, y esperar hasta un Mundial para hacerlo es demasiado tarde.
Como consecuencia, vino el aislamiento para los representativos nacionales de América. Concacaf reaccionó con su versión de la Liga de Naciones en un ejercicio de inclusión para todos sus países miembro.
Sin embargo, aún resuenan las lamentaciones justificadas de Gerardo Martino por medirse con las mismas selecciones en Copa Oro, Liga de Naciones y próximamente en eliminatoria mundialista.
De la democracia pasemos a la competencia y, si realmente interesa lo deportivo que después impactará en lo económico, para elevar el nivel de juego se requiere del roce con las selecciones de Conmebol.
Tal exigencia aumentará la competitividad y así dejarán la zona de confort que se convierte en un espejismo cuando se enfrentan a selecciones como las europeas.
Basta con mirar el formato tan largo de la Copa América, por ejemplo. La decena de equipos debió disputar una fase de grupos antes de llegar a la ronda de eliminación directa.
¿Qué pasaría si se disputa una edición auténtica de Copa América con dieciséis selecciones de todo el continente? Obviamente antes una eliminatoria de donde saldrán los que lleguen a la fase final del torneo.
En eliminatoria mundialista unificada habría hasta siete boletos directos y dos de repechaje, o sea que podrían ser hasta nueve los representantes de América en una Copa del Mundo.
Trasladarlo al nivel de clubes no es tan sencillo por la distancia que implica viajes muy largos entre semana pero no es imposible porque ya se hizo en el pasado. Además de ser campeón de liga existiría el aliciente de jugar torneo continental para los mejores clasificados.
Antes de lamentar el aislamiento hay manera de afrontarlo. Para las selecciones que conforman la Concacaf es una gran oportunidad de beneficiarse deportivamente de los de Conmebol. Claro que habrá derrotas pero es parte del proceso de crecimiento.
El mayor obstáculo es unir voluntades con fines en común, especialmente en el aspecto económico, en el que México es un socio poderoso porque dispone de dos mercados.
Tampoco se trata, como en el pasado, de pagar el precio más alto y sacrificarse por la oportunidad de ser invitado a jugar bajo sus reglas.
Reitero sobre la voluntad de construir con las mismas reglas para todos. La actualidad demanda una respuesta inteligente que permita el bienestar común.
Hasta la próxima semana. Cuídense mucho, por favor.