Como una forma de ampliar el éxito que Sudamérica experimentaba con las primeras ediciones de la hoy llamada Copa América, la FIFA decidió organizar en el año de 1930 la primera Copa del Mundo en su historia.
A 86 años del primer Estados Unidos-Argentina de la historia
Un doloroso 6-1 le endosó Argentina a un Estados Unidos que caminaba perfectamente en el Mundial de 1930.
La idea era conjuntar a las mejores selecciones americanas con grandes equipos europeos y celebrar una fiesta que dejara al primer monarca futbolístico.
La organización del evento estuvo lleno de problemas. La crisis económica mundial y los problemas bélicos que se vivían en Europa complicó la asistencia de los equipos al torneo que tendría a Uruguay como sede y que arrancaría a mediados de julio de 1930 y que finales del mismo mes.
Al final, por América asistió la selección local, Uruguay, más Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Brasil, además de México y los Estados Unidos. Por Europa los representantes fueron Bélgica, Francia, Rumania y Yugoslavia quienes accedieron a viajar al Cono Sur hasta que se solucionaron temas de viáticos y facilidades económicas para el traslado de los equipos.
El torneo se dividió en cuatro grupos, el D, comandado por los Estados Unidos junto a Paraguay y Bélgica. La actuación de la selección de las Barras y las Estrellas en la fase de grupos rayó en lo perfecto: goleada de 3-0 a Bélgica con goles de Bart McGhee, Tom Florie y Bert Patenaude; el segundo juego frente a Bélgica se repitió el mismo marcador a favor de los norteamericanos pero con triplete de Bert Patenaude.
Estados Unidos accedía a semifinales como la selección que mejor nivel había desarrollado, pero tenía un serio problema, medirse a Argentina, un equipo que prácticamente era local por la cercanía con Uruguay, y que además vivía año tras año competencias importantes en las copas sudamericanas.
Al final, pasó lo obvio, aunque el marcador excedió la lógica. Argentina y Estados Unidos se enfrentaron en el Centenario de Montevideo el 26 de julio en una tarde en la que a los de las Barras y las Estrellas los regresaron a su realidad.
Luis Monti a los 20 minutos anotó el primero para la Argentina, un resultado con el que se irían al descanso dejando bastante aliento a los estadounidenses para igualar el marcador. Pero el segundo tiempo se pinto de albiceleste; Alejandro Scopelli a los 56 minutos puso el 2-0, luego llegó el doblete de Guillermo Stábile a los 69 y 85 minutos. Cerró el quinto y sexto gol el par de tantos que anotó Carlos Peucelle a los 80 y 87 minutos.
El juego llegaba a su fin con un 6-0 demoledor para Argentina. En tiempo agregado, Jim Brown puso el tanto de la honra dejando el resultado en un 6-1 con el que la albiceleste jugaría la final contra Uruguay, misma que perdería frente a los charrúas.
Tras 86 años, Estados Unidos y Argentina han tenido distintas batallas en el terreno de juego, pero la más antigua y holgada, es la que se vivió aquel día soleado en el mítico estadio Centenario.