En su búsqueda de acelerar las deportaciones, el gobierno estadounidense ha enviado a cientos de personas a Costa Rica y Panamá, a modo de escala, mientras las autoridades organizan una forma de enviarlos de regreso a sus países de origen. Los críticos lo describen como una forma con la que EEUU externaliza sus deportaciones.
Algunos migrantes, principalmente de naciones andinas como Venezuela y Colombia, se han dado por vencidos después de la dura ofensiva del presidente Trump contra el asilo y están regresando a sus países.
Costa Rica adelantó que el primer grupo de deportados llegará en un vuelo comercial el miércoles al Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, en San José, y de ahí serán trasladados al Centro de Atención Temporal de Migrantes, a unas 224 millas al sur de la capital y próximo a la frontera con Panamá.