México llegó a los cuartos de final ante Chile como ligero favorito por el nivel mostrado a lo largo de los últimos partidos, el récord invicto de casi un año, el puesto 11 en el ranking provisional de la FIFA tras los resultados acumulados en esta Copa America Centenario.
¿Cómo se pasa del equipo de ensueño a la debacle en 90 minutos?
El invicto de Juan Carlos Osorio con un gol recibido y la explosión de sus jugadores hacían pensar en una victoria de Tri. Resultó todo lo contrario.

El invicto de Juan Carlos Osorio con tan solo un gol recibido y la explosión de sus jugadores hacían pensar en una victoria de Tri. Además a Chile se le había ganado en el último amistoso de preparación.
Sin embargo, la realidad de los 90 minutos en los cuartos de final golpeó a México en la cara como una piedra. Chile le ganó la mano de principio a fin. Pizzi conoce bien el fútbol mexicano y sabía mejor que nadie de qué lado cojeaba.
La Roja cortó los circuitos de México. La presión en la salida complicó a la defensa, las coberturas sobre Guardado y Héctor Herrera anularon la creación y la marca escalonada sobre Tecatito Corona e Hirving Lozano impidieron las aperturas por la banda y los balones claros a Chicharito.
A partir de ahí México nunca se encontró y Chile comenzó a usar el vértigo de sus talentos. La habilidad de Alexis Sanchez, Puch y Arturo Vidal, sumados al olfato y oportunismo de Eduardo Vargas, desquiciaron a la defensa de México. Así cayeron los dos primeros goles de Chile.
El gol de Alexis Sanchez nada más abrir la segunda parte fue la sentencia definitiva. A los jugadores mexicanos se le fueron las ideas por completo, errores en la salida propiciaron el cuarto de Chile y por ahí siguieron cayendo… el quinto, el sexto y la losa final del séptimo.
Una derrota como esta llama a reflexión. ¿Es México 7 goles inferior a Chile y a los mejores equipos de Sudamérica? ¿Fue solo una mala noche?
Es difícil sacar conclusiones de un partido tan oscuro. Se puede echar la culpa a las rotaciones de Juan Carlos Osorio, pero México salió a la cancha con algo cercano a su 11 de lujo.
Se puede decir que los cambios no fueron los más acertados, pero es difícil restructurar sobre la marca a un equipo que se cae a pedazos por todos los lados.
Lo que está claro es que Chile trabajó mejor el partido desde su visualización hasta su ejecución. La Roja no es el actual campeón de América por un golpe de suerte. Cuando sus jugadores se conectan es un equipo de primer nivel.
Para México queda repasar la lección y encontrarse nuevamente. Las eliminatorias del Mundial de Rusia esperan a la vuelta de la esquina.