Uruguay y Japón nos regalaron el partido más emocionante de la Copa América Brasil 2019 con un ida y vuelta permanente y emoción hasta el final.
En duelo 'oriental', Uruguay y Japón brindaron el partidazo de la Copa América
Los de la República Oriental y los del Imperio del Sol Naciente se dieron con todo y libraron una batalla futbolera para la historia.
Los nipones se habían llevado un castigo exagerado en la derrota con Chile, y ante La Celeste el seleccionador Hajime Moriyasu optó por arrancar con el experimentado goleador Shinji Okazaki. Por su parte, el Maestro Óscar Washington Tabárez repitió alineación respecto al 4-0 contra Ecuador con Luis Suárez y Edinson Cavani al frente.
Vale analizar brevemente el tema táctico:
Ambas escuadras salieron con un 4-4-2. Esto significa que, por un lado, Suárez y Cavani siempre estuvieron en el uno-contra-uno contra los zagueros Tomiyasu y Ueda; y, por el otro, que los volantes japoneses Nakajima y Miyoshi disfrutaron múltiples situaciones individuales por los costados.
El choque de sistemas ocasionó un ritmo frenético. Diego Godín generó la primera peligrosa conduciendo hasta tres cuartos, que Suárez falló, y Japón hizo el 1-0 cuando Miyoshi desbordó a Diego Laxalt al minuto 25 fusilando al portero Fernando Muslera.
Pero La Celeste igualó el marcador en una pena máxima anotada por Suárez tras planchazo de Tomiyasu sobre Cavani.
El partido era una locura y en el segundo tiempo Japón lo aprovechó capitalizando un grosero error de Muslera rechazando un centro de Nakajima, empujado a la red por Miyoshi. La Celeste se hallaba en un problema gordo...
Tabárez sacó a Nahitán Nández por Giorgian De Arrascaeta, que entró para asociarse con los del frente. Su primera jugada fue habilitar un disparo de Suárez tapado por el guardameta Kawashima. Los charrúas iban al abordaje.
El empate a dos llegó a la salida de un córner martillado por José María Giménez. A partir de ahí, los sudamericanos arreciaron sus embates mientras los asiáticos seguían fatigándose sin mover su banquillo. Takefusa Kubo del Real Madrid hizo su ingreso, aunque el guión del partido no cambió.
En el último minuto el caudillo Godín se sumó al ataque y sirvió a Suárez para un disparo de media vuelta que se marchó a un lado. Fue la última emoción de un partido memorable entre las naciones 'orientales' de la Copa América.