Estados Unidos, el país poderoso, donde se cumple el sueño americano, la nación de las oportunidades, la tierra de la libertad y hogar de los valientes, ha sido la tumba para las máximas figuras del futbol argentino: Diego Maradona y Lionel Messi.
Estados Unidos, la tumba de Lionel Messi y Diego Armando Maradona
Estados Unidos, donde se cumple el sueño americano, la nación de las oportunidades, la tierra de la libertad y hogar de los valientes, ha sido la tumba para las máximas figuras del fútbol argentino.
El ’Pelusa’ dio esperanza a su país cuando con la zurda mandó a guardar el balón en el ángulo contra Grecia. Su último gol en una justa mundialista. Argentina respiraba y Diego festejaba. Pero el destino les tenía guardada una mala pasada.
El extraño sol de Foxboro caía sobre la espalda del ‘10’, los sueños de una nación también. Era el sábado 25 de junio. Argentina enfrentaba a Nigeria. Los africanos sorprendieron al mundo con un gol al minuto ocho por parte de Samson Siasia.
Vino la reacción de los sudamericanos de la mano de Maradona. Manejó el juego, gritó, arengó a sus compañeros. El campo de los New England Patriots vio la última picardía de Diego: hubo una falta sobre Caniggia, el ‘Pajaró’ le dio la pelota al ‘10’, después, el rubio de pelo largo gritó furioso: ‘Diego’, este alzó la cara, y ante la distracción de los africanos filtró un pase de oro para que Claudio anotara el 2-1, su doblete. El triunfo fue sudamericano.
Maradona jugó los 90 minutos, cuando terminó el partido supo que tenía que ir al anti doping. Una joven vestida de blanco tomó a Diego de la mano. Lo encaminó a los vestidores, no fue un jugador, un técnico, una pelota. Fue una enfermera quien dio junto al ‘Pelusa’ sus postreros pasos en un terreno de juego. Sentencia fatal. Los de blanco sólo llevan noticias buenas, malas o fatales. Para el argentino fueron terminales.
Horas después se dio a conocer que el '10' albiceleste había dado positivo por efedrina, norefedrina, seudoefedrina, norseudoefedrina y metaefedrina, sustancias estimulan y que ayudan a perder peso.
Diego Armando negó todo, alegó un complot de la FIFA y de todos, dijo entonces: “Me cortaron las piernas”.
Con el ánimo más abajo del suelo, Argentina fue eliminado 3-2 por la selección de Rumania, quien tenía como mariscal a George Haggi, el ‘Maradona de los Cárpatos’.
Estados Unidos vio el último juego de Diego Armando Maradona con la selección y cuando parecía que todo estaba olvidado llegó el 26 de junio del 2016. Lionel Messi, el sucesor del ‘Pelusa’, también sufrió la traición del ‘Tío Sam’.
La Copa América Centenario se celebró en la ‘Unión Americana’, era la primera vez que Concacaf y Conmebol se juntaban para hacer de verdad un torneo continental.
El claro favorito era Argentina y Messi. Pero el nuevo ‘10’ carga no sólo con una zurda privilegiada, además de una maldición nefasta.
Lionel debutó contra Panamá, sólo estuvo 30 minutos en el campo y marcó tres goles. Contra Venezuela y Estados Unidos. El camino parecía perfecto, plano, lleno de luz para la ‘Pulga’.
Argentina llegó a la final contra Chile, con quien había perdido la Copa América 2015. La revancha parecía perfecta.
Messi llegó a esta última instancia con tres finales perdidas: Copa América 2007 contra Brasil; Mundial 2014 contra Alemania y la Copa América arriba mencionada.
Llegó el domingo 26 de junio, el cielo estrellado de New Jersey abrazó a Argentina y a Chile. La ‘Pulga’ y su ligera playera llegaron con la presión de ganar el título.
El trámite del juego fue áspero, trabado, duro. Los equipos finalizaron con 10 hombres. La ‘Roja’ se adaptó mejor a las circunstancias del juego, los argentinos se nublaron.
En ese desierto de ideas, los nueve albicelestes apelaron a la magia de Messi, a su zurda prodigiosa, lo abandonaron en el campo.
Durante 120 minutos no hubo goles, todo se iba a definir desde los 11 pasos como un año antes.
Arturo Vidal erró el primero. El turno llegó a Lionel, tomó el balón, miró a Claudio Bravo, memorizó la portería, se encarreró, golpeó la pelota, esta, caprichosa como siempre, salió por arriba del travesaño. Messi no lo podía creer, nadie lo podía creer.
Chile aprovechó sus oportunidades. Lucas Biglia falló su pena máxima, una puñalada para la ‘Pulga’. Francisco ‘Gato’ Silva venció a Romero y le entregó el bicampeonato, y como ironía de su apodo, le quitó la vida futbolística a Messi.
El alma, el espíritu, la esencia del juego dejaron a Lionel Messi, quien con los ojos desorbitados, sin sangre en el cuerpo y blanco como la vestimenta de la enfermera de Maradona, se fue llorar a la banca una derrota más.
La ‘Pulga’ recibió una medalla más de segundo lugar. Era un robot, cumplía con el protocolo establecido, nada más.
En la entrevista final. Lionel Messi dijo adiós a la selección Argentina, no aguantó más ser el Atlas que cargara sobre sus hombros al demandante futbol albiceleste: “Ya está, se terminó para mí la selección. Son cuatro finales, no es para mí, lamentablemente. Lo busqué, era lo que más deseaba, no se me dio, ya está”.
Fueron las últimas palabras de Messi con la '10' albiceleste, la menos por ahora. Tristes, fuertes y agrías palabras del último héroe pampero. Casi 22 años exactos después, el ‘Tío Sam’ arrebató nuevamente a otro mago del futbol.
Estados Unidos, un país que ha aceptado el futbol a fuerza de golpes, más por obligación que por gusto, más por dinero que por amor, ha enterrado a dos de las más grandes estrellas que el futbol mundial ha tenido en toda su historia.