El Comité Organizador del torneo continental anunció el jueves que implementará un sistema de reconocimiento facial -- algo inédito en este tipo de evento -- para evitar que personas con antecedentes criminales y barrabravas ingresen a los estadios.
La Copa América Brasil 2019 estrenará tecnología fuera de la cancha
Se implementarán cámaras con sistema de reconocimiento facial, lo que permitirá evitar que entre gente vetada a los estadios.
El gerente de seguridad del comité organizador, Hilário Medeiros, dijo que habrá cámaras en los seis estadios que albergarán partidos de la Copa y fue determinante: "Cualquier persona en una `lista negra' no tendrá acceso".
En un seminario en Río de Janeiro, convocado para discutir el plan de seguridad, Medeiros aseguró que se utilizará una tecnología "consolidada en el mundo".
"Las fuerzas de seguridad van a tener condiciones para captar imágenes de cada persona, y si alguien está siendo buscado o está impedido de entrar por alguna circunstancia, será identificado y no ingresará", aseguró el gerente de seguridad del torneo.
Interpol y los ministerios de seguridad sudamericanos abastecerán de información a los funcionarios locales para la conformación de las nóminas de impedidos.
Las autoridades temen posibles desbordes como los que sucedieron en la final de la Copa Libertadores 2018, en Buenos Aires, cuando el autobús que trasladaba a los jugadores de Boca Juniors fue apedreado al llegar al estadio de River Plate para el partido de vuelta.
Medeiros anticipó que se trazarán "rutas alternativas" para evitar posibles situaciones de riesgo. "Tenemos que estar prontos para trazar rutas, es un gran desafío para el que estaremos prontos".
Los operativos de seguridad pondrán especial atención en los partidos de Brasil y Argentina ante un "riesgo mayor" de que sucedan disturbios, según las autoridades, debido a la cantidad de público que acompañará al local y a quienes llegarán para acompañar a la selección de Lionel Messi.
Río de Janeiro, ciudad que será sede de la final, fue escenario de incidentes violentos a principios de este mes cuando en la antesala de un partido entre Flamengo y Peñarol de Uruguay por la Copa Libertadores hinchas locales y uruguayos protagonizaron una batalla campal cerca de una playa.
La llegada de barrabravas a suelo brasileño para la competición es otro gran motivo de preocupación de las autoridades.
Juan Manuel Lugones, un abogado que lidera la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide)-- un organismo gubernamental que persigue a los barrabravas en Argentina --, aseguró que las barras argentinas viajarán a Brasil.
"Vendrán porque pueden es una oportunidad para hacer negocios ilícitos, como reventa de entradas que consigan, y porque están fuertemente asociados a barras de otros clubes sudamericanos", dijo Lugones a The Associated Press.
Unos 10.000 agentes de seguridad privada trabajarán en el esquema de seguridad, según confirmaron las autoridades.
"Ellos (las barras) nos llevan mucha ventaja, porque ya saben cómo vendrán y por dónde entrarán a Brasil", dijo Lugones. "Debe haber una coordinación inmediata entre las autoridades de cada país que conozcan a las barras locales y transmitan esa información a las autoridades de inteligencia y seguridad brasileña. Es el momento de trabajar juntos".
Lugones alabó como caso exitoso de cooperación internacional la deportación del líder del barrabrava de Boca, Rafael Di Zeo, cuando quiso ingresar a Colombia esta semana. Las autoridades argentinas habían informado que Di Zeo viajaría para asistir un partido por la Copa Libertadores y su ingreso fue impedido en el aeropuerto de Bogotá.
El partido inaugural de la Copa América será el 14 de junio en Sao Paulo, entre la anfitriona Brasil, y Bolivia, pero los operativos de seguridad en los estadios comenzarán al menos 40 días antes.
La Copa América de este año, de la que participarán 10 países sudamericanos y Japón y Qatar como invitados, establecerá récords en generación de ingresos y reparto de dinero.
El presidente de la Conmebol Alejandro Domínguez adelantó que se repartirán 70 millones de dólares en premios para las asociaciones, mientras que la recaudación esperada por la organización es de al menos 140 millones de dólares.