La pregunta que atormentaba a Aimé Jacquet, seleccionador francés durante el mundial de 1998, era tan fácil de enunciar como difícil de responder: ¿Cómo hacer para acomodar a los dos enganches de "Les Bleus" (Zinedine Zidane y Youri Djorkaeff) sin perder solidez defensiva atrás?
El "Arbolito Navideño": la formación olvidada en las tácticas del fútbol
No es un 4-4-2 ni una línea de tres, sino un 4-3-2-1 con el cual la Francia de Zidane ganó el mundial y que casi nadie nunca volvió a utilizar.
La posición de diez clásico -controlar el ritmo del partido y filtrar pelotas a zona caliente- ya para entonces estaba en peligro de extinción, y por eso el 4-4-2 se estandarizó por doquier. Sin embargo, Jacquet contaba con un par de dieces magníficos (ambos la rompían en Italia, la mejor liga en los años noventa) y sería pecado mortal mandar a la banca a cualquiera, pensó.
¿Qué hacer, cómo jugar, a quién meter?
Para los técnicos más realistas, usar un diez es ser románticos en exceso: los dieces no bajan, no recuperan pelotas y necesitan gravitar adelante, o de lo contrario terminan desperdiciados (Riquelme apenas brilló en Europa). De repente, no obstante ¡bingo! ¡pum! ¡flash! Jacquet dio con la respuesta al acertijo: cubrir las espaldas de los dos magos con tres escuderos atrás.
Didier Deschamps por el centro. Emmanuel Petit por izquierda y Christian Karembeu por derecha. Adelante restaría un nueve solitario a escoger entre David Trezeguet, Thierry Henry o el anónimo Stéphane Guivarc'h. Un 4-3-2-1 que visto sobre la pizarra tiene forma de "Arbolito Navideño".
Efectivamente, es una formación romántica porque dos enganches contribuyen a dominar la posesión del balón y a llevar siempre la iniciativa. En vista del juego con un solo delantero, los defensas laterales (Bixente Lizarazu y Lilian Thuram) deben ir y venir incesantemente por sus bandas "haciendo la pasada" por fuera y abriendo opciones de pase para los dieces.
Un espectáculo de un pasado que difícilmente regresará.
Y es que, para los directores técnicos modernos, el "Arbolito Navideño" se vuelve vulnerable ante escuadras que juegan al 4-4-2: el Real Madrid contemporáneo tendría a hombres de banda (Marcelo y Cristiano Ronaldo) haciendo constantemente el "dos contra uno ofensivo" a un desolado Lilian Thuram.
Únicamente el técnico de Italia entre 2010 y 2014, Césare Prandelli, practicó esta formación con resultados mixtos: la "Azzurra" jugó de modo sublime, pero acabó asfixiada y acalorada en el mundial de Brasil.
Es el "Arbolito Navideño", una formación que ni Pep Guardiola se atreve a utilizar, pues parece reservada sólo para locos románticos con dos buenos magos y tres escuderos cubriéndoles la espalda. Una formación para técnicos chiflados (y olvidados por la historia) como Jacquet y Prandelli.