El haber logrado la sede de la Copa del Mundo del 2022 fue la cereza en el pastel de Qatar para intentar forjarse un nombre en el fútbol internacional… a punta de billones de petrodólares. En cuanto a su liga, llevaron a cracks tales como Batistuta, Guardiola, los hermanos De Boer y Raúl González.
Irán: la selección que gracias a sus migrantes puede más que la millonaria Qatar
Pese a carecer del dinero catarí, los iraníes se las ingenian para liderar su eliminatoria rumbo a Rusia y encima ya fueron a tres mundiales.
En cuanto a su selección, fundaron la academia de formación futbolística Aspire con presencia en España, y además nacionalizaron a un sinnúmero de jugadores africanos y brasileños, como Emerson Sheik, campeón de la Libertadores con el Corinthians en el 2012. Sin embargo, ni todo el oro de Alí Babá ha logrado calificarlos por méritos deportivos al Mundial.
Y es que en la Confederación de Asia se topan con pared cuando se enfrentan con Irán o Iraq, países que también tienen petróleo, pero no lo usan para el fútbol. Irán ya venció a Qatar a ida y vuelta en su grupo eliminatorio rumbo a Rusia 2018.
Dirigidos por el entrenador portugués ex Real Madrid y ex Mánchester United, Carlos Queiroz, los iraníes se metieron a Brasil 2014 y cerca estuvieron de sacarle un empate a la Argentina de no haber sido por una genialidad de Leo Messi. No pasaron a segunda ronda, pero compitieron dignamente.
¿Cómo hicieron los iraníes para generar un fútbol propio, humilde y eficaz?
Queiroz buscó por los hijos de migrantes iraníes repartidos en el balompié europeo para convencerlos de jugar por la nación de sus padres. Entre los convencidos se hallaban el alemán Ashkan Dejagah del Wolfsburg, el holandés Reza Ghoochannejhad, “Gucci”, del Heerenveen, el sueco Omid Nazarí del Rosengard, y el estadounidense Steven Beitashour del Toronto FC.
Cuando Irán sacó un trabajado empate a ceros con Nigeria en Curitiba, algunos reporteros se burlaron de Queiroz por el defensivo sistema iraní:
“Digan lo que quieran, pero ustedes (nigerianos), si quieren jugar un amistoso, lo juegan en Londres y ya está. Con nosotros la cosa no funciona así tan fácil (por restricciones de viaje y requisitos de visado). Y en cuanto a los fanáticos iraníes, ellos deben comprender que hicimos lo que pudimos con nuestros jugadores de una liga casi amateur y con los que están en Europa. No tenemos el dinero de Qatar”, remató el seleccionador.
Tan bueno es el proyecto de Queiroz y tan convencido está él con Irán que está a punto de dirigir su segundo mundial consecutivo cuando llegue Rusia 2018. En un grupo eliminatorio con China, Siria, Uzbekistán y Qatar, los iraníes deben seguir luchando contra Corea del Sur para obtener el boleto directo a la cita mundialista.
Los hijos de los migrantes han probado ser la fuerza del fútbol iraní. Porque, cuando la pelota rueda, hay cosas que ni todo el oro de Alí Babá es capaz de comprar.