Es el líder indiscutido de la selección argentina, el que levanta el estandarte del fútbol, el único capaz de llevar por fin a su país a la demorada tercera Copa del Mundo. Es Lionel Messi, el mejor jugador del mundo. Sin embargo, en la paliza ante la Furia española, Argentina sufrió su ausencia en un doble sentido. Primero porque una molestia muscular lo dejó afuera del campo de juego. Segundo, y tan importante como lo anterior, porque la 'Pulga' no aguantó la humillación desde la grada y decidió irse cuando cayó el sexto gol de España.
Messi no soportó ver desde afuera la humillación argentina y se fue tras el sexto gol
El crack albiceleste, que no jugó por lesión, siguió el partido desde un palco del Wanda Metropolitano, pero se retiró a los 74 minutos, tras el hat-trick de Isco. Aquí la secuencia.
El crack del Barcelona fue descartado horas antes del juego ante los españoles porque nunca se recuperó de sendas contracturas en el isquiotibial y el aductor de la pierna derecha. Por eso fue confinado a un palco del Wanda Metropolitano, el flamante estadio del Atlético de Madrid, donde siguió las acciones junto a su compañero Manuel Lanzini.
De entrada se lo vio inquieto, molesto con su molestia, la misma que lo había dejado fuera también del choque ante Italia. Pero con el paso de los minutos, y a medida que los goles iban cayendo, su cara se fue transformando en una máscara de fastidio e incredulidad. No podía entender lo que estaba sucediendo y, para colmo, lo carcomía la impotencia de no poder hacer nada.
Al llegar el cuarto gol, Messi prácticamente se quería tirar del palco. Aunque no suele ser muy expresivo y es difícil descifrarlo, en este caso era clarísimo que estaba pasando por un verdadero calvario. Sabía que ante cada gol español las cámaras de la televisión lo buscaban, pero no podía disimular su fastidio.
Al llegar el 6-1, a los 74 minutos, ya no soportó más. Mientras Isco celebraba su hat-trick, Messi se levantó, le dijo algo a Lanzini y se fue para ya no regresar.
Este gesto de Messi, de dejar el barco al final de la tormenta, ya dio la vuelta al mundo y levantó todo tipo de opiniones. Como siempre en estos casos, las voces no se ponen de acuerdo y van desde la justificación fisiológica (urgencias son urgencias) hasta la falta de delicadeza del atacante ante la deplorable actuación de sus compañeros. En las próximas horas seguramente alguien saldrá a dar una versión oficial, que muy probablemente no dejará satisfecho a nadie.