Con las Águilas del América no hay medias tintas: se sabe que o lo odias o lo amas. Eso sí, jamás pasará desapercibido. Hoy, con un nuevo título bajo los brazos, puede seguir presumiendo su grandeza en México.
Lo odies o no lo odies, acéptalo: América es el club de la década en México
Las Águilas se acostumbraron a ser ganadoras y nadie en estos nueve años ha ganado lo que ellos.
América es el equipo de la década y sus números lo reafirman. Cierto, Tigres tiene una Liga más que las Águilas, (cuatro de los regios por tres de los capitalinos), pero al menos por hoy, los azulcremas también pueden presumir una Copa MX y dos Concacaf Liga de Campeones. Nadie ha logrado lo que ellos.
Miguel Herrera se superó a sí mismo. Este Piojo es mucho más entrenador que aquel que un día llegó a la selección mexicana. Más experimentado, sus equipos son más equilibrados, tácticamente es mucho más inteligente. De su carácter no hablamos, de sus posibilidades de volver al Tri tampoco. Hoy nos enfocamos en el Miguel Herrera técnico que, si le dan más paciencia al proyecto, hará de este América un equipo de época.
Las Águilas encaran con una enorme motivación el cierre de torneo. Es el mandamás de los Clásicos y el padre deportivo de Cruz Azul, su siguiente rival en Liga; una victoria prácticamente lo deja calificado y ahí, en liguilla, si alguien sabe jugar esta etapa de torneo, ese es el América.
La Copa MX hace más favorito de lo que ya era favorito en la Liga. Esta Copa confirma al América como el club más ganador de México. Y esta Copa condena en unas Chivas que, se hunden en el descenso y en la crítica, frente a su gran adversario.
Lo mejor para el América -y lo peor para sus rivales- es que esta plantilla está aún lejos de tocar su techo. Tiene a varios jugadores lesionados, todos de peso, y algunos jugadores del calibre de Nicolás Castillo, aún están lejos de su mejor nivel.
Tiempo al tiempo. América camina firme. No es el club más espectacular de la Liga, tampoco de las dos distintas eras de Miguel Herrera. Pero es ganador. A eso se está acostumbrando. Y da miedo. A sus rivales les genera eso.