Menospreciada por todos, la Copa MX es un bálsamo para los ganadores
Arranca el desangelado torneo que ha ayudado a los últimos ganadores a lavar sus derrotas y frustraciones futbolísticas de la Liga.
Vituperada, menospreciada, minimizada. La Copa MX navega anodina en México en un mar de fútbol semanal y solo cobra valor - sorpresivo e inesperado- para los vencedores que reclaman un título y reconocimiento general, casi reverencial, a su nueva hazaña. Se ha convertido en un bálsamo en el que los ganadores lavan sus derrotas y frustraciones, unas más grandes que otras, de la Liga.
Basta recordar a Querétaro en el Apertura 2016 que consiguió su primer trofeo en Primera División de su historia y su enorme festejo.
O a Veracruz del Clausura 2016 que no levantaba una copa, la que fuera, desde 1948. A las propias Chivas del Apertura 2015 que se refugiaron en ella tras nueve años de nada.
Y qué decir de Cruz Azul, que le cantó al fútbol mexicano en el Clausura 2013 que había dejado de ser el subcampeonísimo para luego no sólo regresar a la oscuridad, sino hacerla más profunda -si se puede- para acuñar un muy popular neologismo en forma de verbo: cruzazulear.
Pero hubo un tiempo en que la Copa tenía el mismo valor que la Liga y cada equipo luchaba por ella con el ciento por ciento de sus posibilidades y de sus hombres. Eso fue cuando se llamó Copa México o Copa Presidente.
Hoy con un nombre pomposo y millennial, por lo de MX, no logra levantar en su fútbol ni en el ánimo de la afición. Tampoco en su formato.
Seguramente veremos, como ha sido una costumbre desde su regreso en el 2012, la indolencia de la mayoría de los equipos que presentarán a sus suplentes y juveniles a los partidos.
E incluso más, ya que no repartirá lugares para la Copa Libertadores y con ello el poco atractivo que tenía para los clubes ya no existe.
No será extraño entonces que veamos butacas vacías y un fútbol a medias de lo que podría ser una competencia con un formato y una estructura más atractivos.
La afición se burlará de ella, de sus juegos y participantes, pero hay del equipo que alcance la final y se vea con posibilidades de llevársela.
Sobre todo si no ha ganado nada en los últimos años.
Dejará de ser la desangelada Copa MX -por mucho que lo sea-, y entonces el grupo alrededor de los finalistas celebrará, “porque una final es una final” y al que la gane, probablemente, alguna carencia le quitará de encima y será al menos para los suyos, el "flamante" campeón de la Copa MX.