El proyecto del Team USA renace con Bruce Arena como campeón de la Copa Oro
Estados Unidos ganó por sexta vez el título máximo de Concacaf al vencer a una combativa Jamaica, luego de que hace meses estaban en la lona.
En noviembre, Estados Unidos sufrió dos dolorosas derrotas en el arranque del Hexagonal rumbo a Rusia 2018 y hoy recupera la cima de Concacaf.
Es cierto, la eliminatoria mundialista y la Copa Oro son contextos diferentes, pero en los procesos participan los mismos equipos. Hace ocho meses, los descalabros ante México en Columbus y contra Costa Rica en San José le costaron el puesto a Jürgen Klinsmann y con una pausa de cuatro meses en el Hexagonal, hubo tiempo suficiente para elegir a Bruce Arena y que su trabajo empezara a tomar rumbo.
Arena es, por mucho, el mejor entrenador que ha tenido Estados Unidos, al menos desde 1930. Fue capaz de llevar a su selección a los Cuartos de Final de Corea-Japón 2002 y romper con una hegemonía histórica, de más de medio siglo, de México en Concacaf.
El trabajo de Arena tuvo continuidad después de Alemania 2006 con el nombramiento de Bob Bradley como su sucesor, su alumno más destacado, quien llevó al Team USA a la Final de la Copa Confederaciones 2009, pero a su salida y el ingreso de Jürgen Klinsmann, después de Sudáfrica 2010, parecía dar carpetazo al legado Arena.
Klinsmann entregó resultados aceptables en Brasil 2014, pero perdió el pase a las últimas dos Copas Confederaciones y el arranque del Hexagonal presente fue muestra de que su proyecto se derrumbaba. Reciclar a Arena fue una apuesta osada, pero amparada en el paso del entrenador por la MLS con el Galaxy, donde más allá de los títulos, supo manejar a figuras de clase mundial en el vestidor como David Beckham, Roy Keane y Steven Gerrard.
La apuesta parece rendir frutos: Estados Unidos recuperó el título de la Copa Oro y a cuatro partidos de terminar el proceso, está en zona de clasificación al Mundial. Falta mucho, pero el estancamiento del Team USA de finales de 2016 ya no existe. Arena despertó al gigante, echo a andar la maquinaria
Ya no es la generación de Donovan y McBride, sino de Pulisic y Morris. Poca gente como Arena entiende el ADN del fútbol estadounidense, en parte porque él fue quien terminó de configurarlo. Sólo el tiempo dirá hasta dónde llega en esta etapa.