Cuando la muerte visitó a los futbolistas en el campo de juego

El fútbol muchas veces sorprende con la tragedia cuando sin previo aviso y en medio del campo en la competencia fallecen jugadores, esos protagonistas que se vuelven en víctimas.

El croata Bruno Boban, jugador del Marsonia, murió tras recibir un balonazo en el pecho. Fue atendido en pleno césped y pese a los intentos de reanimación, falleció prácticamente al momento.

Patrick Ekeng, del Dinamo de Bucarest, se derrumbó sobre el campo. El camerunés de 26 años llevaba siete minutos en el partido de su equipo contra el Viitorul Constanta de la primera división rumana.

No es la primera vez que un jugador del Dinamo de Bucarest fallece en condiciones similares. En octubre del 2000, Catalin Hildan murió cuando jugaba un partido amistoso ante el Santierul Naval. Era rumano y tenía 24 años de edad. Unos meses antes había disputado con su selección la Euro 2000 en Bélgica y Holanda.

Dani Jarque, del Espanyol de Barcelona, falleció durante una gira de pretemporada por Italia cuando hablaba por teléfono con su novia en el hotel de concentración el 8 de agosto del 2009. Su amigo, Andrés Iniesta, tras el gol que le valió el título en Sudáfrica 2010 a España enseñó una camiseta con la leyenda, “Dani Jarque siempre con nosotros”.

Antonio Puerta, del Sevilla, cayó al suelo durante el partido contra el Getafe en la Liga de España. Era el minuto 28 y tras las asistencias médicas salió del campo caminando, pero en el vestuario y a lo largo de esa noche sufrió hasta cinco paros cardiorrespiratorios. Finalmente falleció el 28 de agosto del 2007, tenía 22 años y había sido internacional español en distintas categorías.

Christian Benítez, ecuatoriano de 27 años, unas horas antes había jugado con su equipo El Jaish en la tercera jornada del fútbol de Catar cuando tuvo un dolor abdominal y se trasladó a un hospital. Tuvo problemas con el idioma y se argumentó que la atención no había sido correcta o a tiempo, después se descubrió que tenía un mal cardiaco congénito. Murió el 29 de julio del 2013. Había sido figura en el América de México.

Miklós Fehér jugaba para el Benfica cuando el 25 de enero del 2004 disputaba un juego ante el Vitória de Guimaraes. El húngaro había recibido una tarjeta amarilla en el minuto 90 y sonrió al árbitro, se dio la media vuelta y caminó hasta desplomarse. Murió un par de horas más tarde en un hospital. Era seleccionado de Hungría.

Una de las imágenes más dramáticas que se ha dado sobre un campo de fútbol fue la del camerunés Marc-Vivien Foé. Se desplomó con los ojos en blanco durante el duelo de semifinales de la Copa Confederaciones ante Colombia el 26 de junio de 2003 en Francia. Era jugador del Manchester City y tras una atención médica de una hora falleció. Es particularmente recordado porque aquel encuentro se transmitió en directo a todo el mundo.

Piermario Morosini jugaba en el Livorno de la Serie B cuando en un partido contra el Pescara, el 14 de abril del 2012, tras tambalearse unos metros se desplomó a los 31 minutos del encuentro. Todavía intentó incorporarse en un par de ocasiones, pero no lo consiguió. Unas horas más tarde falleció.

Paulo Sergio de Oliveira Silva, brasileño de 30 años y que era parte del Sao Caetano de su país, se desmayó en el minuto 14 del partido que disputaba contra el Sao Paulo. No reaccionó a los masajes cardiacos ni a la respiración boca a boca. Luego fue trasladado en una ambulancia a un hospital cercano al Estadio Morumbí y ahí murió el 27 de octubre del 2004.

Danny Josué Ortiz Maldonado era jugador del Municipal de Guatemala y en un choque con el delantero Mario Rodríguez de Comunicaciones, el 29 de febrero de 2004, se desgarró el pericardio. Fue internado en urgencias y falleció unas horas después. Era seleccionado de Guatemala y tenía 27 años.

Oscar Víctor Trossero murió el 12 de octubre de 1983 tras un partido del River Plate contra el Rosario Central. El duelo terminó a favor de Rosario 2-1 y se duchaba en los vestuarios cuando Trossero se derrumbó y falleció, al parecer de un aneurisma.

Antonio de Nigris era un jugador mexicano errante que militó en 13 equipos profesionales en ligas tan diferentes como la mexicana, la colombiana, la griega y la turca. Era parte del Larisa Griego y el 16 de noviembre del 2009 se despertó a las tres de la mañana con un fuerte dolor en el pecho. Fue trasladado a un hospital y ahí falleció. Fue seleccionado mexicano en distintas oportunidades.