Entre lágrimas, abrazos, impotencia y el recuerdo imborrable de su pueblo, el uruguayo Santiago 'Morro' García fue despedido por los fanáticos del Nacional, club al que amó toda su vida y de donde surgió, en una mañana llena de euforia y emociones encontradas.
Decenas de aficionados del Nacional dan último adiós a Santiago 'Morro' García
Entre lágrimas y cánticos, 'Morro' García fue despedido tras ser encontrado muerto en Argentina, donde jugaba para Godoy Cruz.
García fue hallado sin vida el sábado por la mañana en su residencia en Mendoza (Argentina) donde vivía, debido a que era jugador del Godoy Cruz de aquella ciudad. Llevaba tiempo en disputas con el presidente del equipo, José Manzur, quien decía que no iba a ser tenido en cuenta en 2021.
Si bien todavía no está cerrada la causa, todo hace pensar que se trató de un suicidio. Su mamá responsabilizó a Manzur por la muerte de su hijo.
El silencio reinó en la Avenida 8 de Octubre, donde se ubica la sede del Nacional, en las primeras horas de la mañana. Allí, los hinchas comenzaron a hacerse presente porque sabían que, sobre el mediodía, el coche fúnebre con los restos de su querido 'Morro' iban a hacerse presente durante el cortejo.
Nacional quiso hacer un funeral masivo en su estadio, el Gran Parque Central, pero las autoridades sanitarias del país no lo permitieron debido a la pandemia.
Esto no impidió que el fanático le demostrara su amor, no hubo coronavirus que hiciera callar las gargantas eufóricas del pueblo tricolor que se posó en la puerta de la sede y esperó hasta que llegaran los vehículos fúnebres, para darle un último adiós.
Flores, banderas, camisetas o pancartas con leyendas adornaban las rejas que separan la sede tricolor de las veredas.
"Morro, Morro, olé, olé, olé, Morro, Morro", fue el canto que reinó durante gran parte de la jornada en la que, como si fuera una escena de película, cada vez que el grito se hacía más fuerte, del cielo caían gotas de lluvia.
El 'Morro' no fue cualquier jugador, fue un delantero que tuvo el debut soñado por cualquier fanático: con un gol en una final y tan sólo 17 años.
A ello se le suma su garra, su estilo de juego, y la representación simbólica del ideal de un "jugador hincha" que dejaba todo en cada balón y era capaz, incluso, de pelearse con quien fuera para defender los colores de su camiseta.
El hincha no olvida esos gestos, los retribuye con cariño. Así lo demostraron los cientos de fanáticos que fueron a despedir a uno de los que mejor los representó en este siglo.
Como si fuera cosa del destino o algo planeado por un guionista de una película épica, apenas partió el coche hacia el entierro, las lágrimas de sus fanáticos se reflejaron en las gotas de lluvia que cayeron por largos minutos.
Aunque este martes García terminó de despedirse, el pueblo tricolor no lo olvidará y confía que, como cita su canción, desde el cielo los va a alentar.