Por Omar Carrillo H.
Diez años sin George Best, el 'Quinto Beatle'
El 25 de noviembre del 2005, el ídolo del Manchester United y de Irlanda del Norte falleció víctima de sus excesos. Su fútbol y su alcoholismo se hicieron legendarios.
Si existiera algo llamado poesía futbolística pop bohemia británica, George Best sería su representante más laureado. Digno del Salón de la Fama. Lo mismo componía jugadas ritmicas alucinantes sobre una cancha de fútbol que frases hilarantes y espontáneas fuera de ella.
Y es que su fútbol y sus dichos, con la verdad que enmarcaban, definieron su vida -o al revés quién puede saberlo-.
“Gasté mi dinero en champaña y mujeres”, señaló en algún punto de su ajetreada existencia, “el resto lo desperdicié”. O esta otra joyita: “En 1969, dejé las mujeres y el alcohol, fueron los 20 peores minutos de mi vida”.
De un fútbol precoz y rutilante, de regate e inventiva callejera. El pequeño George -medía apenas 1.68 metros- fue la insignia de un fútbol que estaba despertando a una nueva época, la de las superestrellas deportivas desbocadas y populares.
Probó el alcohol por primera vez cuando jugaba con los juveniles del Manchester en una gira por Suiza. Después su historia está escrita entre lo real y lo fantástico.
“No es cierto que me he acostado con siete Miss Mundo, nada más fueron tres”, explicó alguna vez. Colocaba largas escaleras de jardinero en los hoteles de concentración para que subieran las fans a su cuarto. Incluso se dice que consiguió el teléfono de Brigitte Bardot -el ícono del cine francés-, pero al llamarla nunca se entendieron por el idioma.
Dejó el Manchester United en 1974 y a partir de ahí todo le fue mal. Vagó por muy variados equipos del Reino Unido y Estados Unidos. Tampoco le fue bien en cuanto negocio emprendió.
Nunca perdió la chispa y llegó a decir años después: “Yo saqué al fútbol de las páginas traseras de los periódicos y lo llevé a las portadas”.
Murió el 15 de noviembre del 2005, a los 59 años, por un exceso de los fármacos inmunosupresores que tomaba luego del trasplante de hígado.
Tras su fallecimiento, el aeropuerto de la ciudad de Belfast cambió su nombre al de George Best. Un año más tarde, en el primer aniversario de su deceso, se emitieron un millón de billetes de cinco libras que mostraban la imagen del futbolista con los uniformes de su selección y del Manchester United.