La selección estadounidense femenina de fútbol batió este viernes, por 1-0, a un inofensivo combinado chino y avanzó a las semifinales del Mundial de Canadá, donde se encontrará con el conjunto alemán, campeón europeo y verdugo de Francia en el otro duelo de cuartos de final.
Un solitario gol de Carli Lloyd, que en el Estadio Lansdowne de Ottawa disfrutaba de su partido número 200 con el equipo nacional, bastó a Estados Unidos para confirmar su presencia en la penúltima ronda de un torneo en el que también continúa Alemania tras su agónico triunfo sobre Francia (5-4 en la tanda de penaltis).
Pese a la superioridad del conjunto estadounidense, supieron resistir en el primer periodo las pupilas de Wei Hao a la ofensiva propuesta de Jill Ellis, quien este viernes apartó de su 'once' a la veterana delantera Abby Wambach, cuestionada por su errático rendimiento en Canadá.
Pero aún con un ataque renovado, la falta de gol volvió a ser el lunar de la selección norteamericana en una primera mitad en la que se sucedieron los remates a puerta.
Kelley O'Hara, Alex Morgan, Carli Lloyd y también Julie Johnston midieron la seguridad de Fei Wang, la jugadora más destacada del cuadro asiático en unos primeros 45 minutos de indiscutible dominio estadounidense.
La superioridad en el juego, sin embargo, no se trasladó al electrónico y la incertidumbre creciente debió ser disipada por Wambach. Su suplencia no menguó su liderazgo y, con una enérgica arenga, multiplicó el ánimo de sus compañeras antes de que la italiana Carina Vitulano decretara el comienzo del segundo parcial.
Seis minutos más tarde Lloyd hizo el 1-0 con un brillante cabezazo que premió la estrategia ejecutada por Johnston.
Serenado tras ese gol, el cuadro estadounidense buscó doblar su renta ante la incapacidad de las chinas de generar peligro.
Con el devenir de los minutos y la necesidad de igualar el choque para mantener vivo el sueño de las semifinales, el conjunto dirigido por Wei Hao reclamó el balón y con él la intervención de la guardameta rival Hope Solo.
Esta jugada precipitó la reacción del cuadro norteamericano, al que Ali Krieger pudo entregar la sentencia. Su disparo desde el vértice del área topó con la madera tras tocar ligeramente Wang el esférico con su manopla, lo que tornó inalterable el 1-0.
Ese resultado bastó a Estados Unidos para citarse en semifinales con la escuadra alemana, que tuvo en la guardameta Nadine Angerer a su heroína.
Con su decisiva parada en la tanda de penaltis que decidió el duelo de cuartos de final entre las selecciones de Alemania y Francia, Angerer entregó el pase a la siguiente ronda a la vigente campeona de Europa.
Protagonista del triunfo teutón en la pasada Eurocopa de Suecia (2013), la veterana portera, cuya titularidad en su último servicio al combinado germano ha sido discutida, se erigió en la guía de un equipo que durante gran parte del choque sucumbió ante el derroche de fe de la selección francesa, merecedora de un destino más afortunado en el país norteamericano.
Al tanto anotado por Louisa Necib (minuto 64) respondería en el 84 Celia Sasic, quien ofreció a la selección germana la oportunidad de resolver tras la prórroga el pase a la penúltima ronda.
La rodilla de Nadine Angerer, ganadora del Balón de Oro en 2013, repelió el disparo de la joven Claire Lavogez en el décimo y definitivo lanzamiento (5-4) de la tanda y concedió a las pupilas de Silvia Neid el billete a semifinales.