Real Madrid
El arquero madrileño que triunfó en los escenarios
Pudo levantar títulos y copas con el Real Madrid, pero se convirtió en el cantante más exitoso del viejo continente.
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La vida tenía un futuro prometedor para Julio José Iglesias de la Cueva. El sábado 22 de septiembre de 1962 sucedió el evento que marcó su destino.
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Tuvo una infancia complicada: la compleja relación de sus padres y la sombra de su hermano. Encontró en el futbol una perfecta válvula de escape.
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Alto, ágil y de buenos reflejos le catapultaban a romperla como guardameta del equipo de sus amores, el Real Madrid.
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A los 19 ya jugaba en las inferiores del club. Incluso compartía vestidor con leyendas como Ramón Grosso y Manuel Velázquez Villaverde, quienes más tarde formarían parte del Madrid de los ‘Yé-yé’.
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Un día antes de cumplir veinte años, de vuelta a casa tras una noche de fiesta, reventó su auto a 160 km/h contra una barrera de hormigón. El vehículo quedó partido por la mitad.
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El entonces futuro guardameta del primer equipo quedó inmóvil durante año y medio. Tras el accidente dejó las canchas, pero la vida le tenía preparado un plan alterno.
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Aquél joven que, dicho sea de paso, estaba por terminar la carrera como abogado, recibió de su enfermero, Eladio Madaleno, una guitarra con la intensión de que la utilizara como terapia y poco a poco recuperara la movilidad.
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Apenas recuperado viajó a Inglaterra y, mientras aprendía inglés, empezó a presentarse en pubs interpretando temas de Los Beatles y de Tom Jones. Más tarde volvería a España y comenzaría su carrera como cantante.
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En 1968 se presentó en el Festival de Benidorm con un tema que compuso durante su estancia en el hospital, ‘La vida sigue igual’. El éxito mundial no hizo esperar al madrileño.
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El futuro esperanzador del arquero de las inferiores de los merengues, que pudo ser campeón de Europa en 1966, quedó de lado y se convirtió en el cantante europeo más exitoso de todos los tiempos y el artista que más discos ha vendido en diferentes idiomas.
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“Pocos amigos que son de verdad, cuánto te halagan si triunfando estás. Y si fracasas bien comprenderás, los buenos quedan, los demás se van”. Así fue lo que pudo ser y lo que sucedió en la historia de la música y el futbol.
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