Los del Diario Diez de Honduras que fueron a entrevistarlo en sus inicios le pusieron “8 Mile” del rapero Eminem como música de fondo. Él vestía una camiseta sin mangas de los Bulls de Chicago que dejaba al descubierto varios de sus tatuajes ( más de 30, según él) y llevaba el pelo teñido de rubio.
Él es Henry Figueroa, la aguerrida versión catracha de Jorge Luis Pinto
El zaguero hondureño defiende como el colombiano dirige: férreo, viril y arrojado; aunque también sabe jugar con la pelota en los pies.
“El significado de este es agresivo, lo que yo transmito en la cancha, que le va a todas”, explicó sobre el tatuaje que lleva en el cuello, debajo de la quijada, con el dibujo de las fauces abiertas de un tigre feroz. ¿Qué cuántos más tatuajes se hará? Aún lo desconoce, “hasta que no quepa otro, já, já”.
Ante la salida de los grandes históricos de la defensa de la “H”, como Víctor Bernárdez o Maynor Figueroa, este joven nacido en 1992 (lleva los números de la fecha de su nacimiento tatuados en los nudillos de su puño izquierdo) está convirtiéndose en un elemento indiscutible de la línea de tres zagueros de “El Profe” Jorge Luis Pinto.
El veterano arquero Donis Escober lleva el brazalete de capitán con Honduras, pero qué duda cabe de que el líder del equipo que lidera la tabla de la Copa Centroamericana es Henry Figueroa. Juega por izquierda (aunque da la impresión de que él es diestro natural) y saca la pelota bien jugada desde el fondo: con buen criterio y sin arriesgarla de más.
Se parece a Pinto hasta en la forma de marcar al adversario. Con Costa Rica, el jugador más parecido al estratega colombiano era el medio de contención Yeltsin Tejeda, quien jamás daba un balón por perdido y no se dejaba intimidar en el Mundial por mediocampistas como Andrea Pirlo o Steven Gerrard. En Honduras el equivalente de Pinto es Henry.
Porque Henry verdaderamente le va a todas. En la Copa UNCAF no ha habido un delantero capaz de burlarlo o de ganarle un duelo aéreo. Es rápido, juega concentrado y por lo tanto marca bien personalmente.
Si la “H” al final alza el título con un fútbol que no enamora, pero que es muy eficaz, gran parte del mérito será de este Figueroa. Se trata de un tigre feroz, “agresivo”, con el que Honduras está convirtiéndose en el caballo negro de Centroamérica.