El Premio Puskás que se ha entregado esta tarde en Londres es vergonzosa, casi ridícula. Nuevamente la FIFA ha tirado su credibilidad por el suelo tras regalarle el reconocimiento al mejor gol del año al delantero egipcio Mohamed Salah por encima de las chilenas de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale.
El Puskás a Mohamed Salah, la última gran vergüenza por parte de la FIFA
De forma totalmente sorprendente, la anotación del egipció terminó imponiéndose a las anotaciones de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale.
Una bonita anotación, que puede ser anotada en cualquier partido, y que no tiene absolutamente nada de espectacular, en un encuentro cualquiera de Premier League frente a un equipo que no es top como el Everton, terminó por ‘convencer’ a la FIFA para darle a Salah el reconocimiento.
La credibilidad de la FIFA, otra vez, queda en evidencia. Un probable castigo o una venganza a Cristiano Ronaldo por no asistir a la gala aparece como la única opción posible para no reconocer la anotación del portugués frente a la Juventus en la pasada semifinal de la Champions League.
Pero, en el caso de Gareth Bale, la injusticia salta a la vista pues su gol en la final de la Champions League ante el Liverpool significó la consecución de un título en un escenario mundialmente reconocido.
La FIFA considera cuatro criterios para elegir el mejor gol del año y que termina por decidir quién ganará el Premio Puskás: la estética de la anotación, la importancia del partido, ausencia de factor suerte y juego limpio por parte del goleador.
De esta forma, y basándonos en estos cuatro criterios, nunca un gol de jornada regular de torneo local, sea el país que sea, podría superar a una semifinal de Champions League ante la Juventus, como lo fue el caso de Cristiano Ronaldo, o una final de Champions League contra el Liverpool, como sucedió con Gareth Bale.
En un tema estético, bastaría ser ciego para definir como mayor obra maestra y más complicado, realizar una pirueta (chilena) en el aire que un simple disparo de largo distancia. En el caso de Cristiano y Bale, no existe factor suerte, ni el los goles preceden de alguna falta, alguna clase de dopaje o de artimaña.
A diferencia de la forma en que se elige al ganador del The Best, donde técnicos y capitanes de las selecciones nacionales avaladas por FIFA votan y entregan 5,3 y 1 punto a sus elecciones, el Puskás no tiene un modo de elección que sea claro o abierto. Simplemente se deja al gusto particular y personal.
Que Cristiano movió fibras sensibles por no asistir al evento, eso es un tema claro. Que su ausencia de la gala repercutió en esta decisión, no se puede ni se podrá confirmar jamás. Pero que la FIFA otra vez deja en claro que sus decisiones son controvertidas y a veces poco transparentes, eso también quedó en claro con esta designación.
Por cierto, Mohamed Salah, ganador del Premio Puskás y candidato a ser jugador del año por la FIFA, no estuvo en el once ideal del organismo. Así la vida...