¿El tiempo dará la razón a Messi para emular a Maradona?

Hace seis años, en la Final del Mundial Brasil 2014, Lionel Messi pudo saldar la que quizá sea la deuda más grande de su carrera con el país que lo vio nacer: alzar una Copa del Mundo ante el verdugo alemán y emular al máximo ídolo de toda Argentina, Diego Armando Maradona.

El fracaso es imborrable y palpable, pero el futuro muestra aún una vela encendida dentro del largo y obscuro túnel de tropiezos que Messi ha vivido portando la camiseta albiceleste: lesiones, expectativas no cumplidas, finales de Copa América perdidas, polémicas por su supuesta falta de feeling para cantar el himno y hasta su falsa "renuncia" a la Selección Argentina tras un arrebato de frustración.

Diego Maradona transmutó a leyenda cuando se consagró campeón del mundo en México 86 ante Alemania: el verdugo moderno de los sudamericanos; pocas veces 11 jugadores infunden tanto temor en el orgullo argentino cada cuatro años.

Brasil 2014 era el escenario soñado para un Lio Messi maduro y experimentado que presumía infinidad de conquistas con Barcelona en casa y en Europa. Alzar la Copa del Mundo ante Alemania y en el Maracaná, el máximo recinto del rival histórico Brasil, habría dotado a 'La Pulga' de un aura cuasidivina.

Pero Mario Götze tenía un plan distinto cuando aseguró su lugar en la historia de las Copas del Mundo con un gol tardío que concretó el peor escenario posible para los argentinos y el legado de Messi.

Qatar 2022 se erige ahora como la posibilidad menos esperanzadora para la reconciliación absoluta entre Messi y la Selección Argentina.

Lio llegará con 35 años y un nivel de juego ya no tan sorprendente como el de antaño. La calidad nunca se irá de su pierna izquierda, pero en ocasiones ni la mente puede domar a un cuerpo con un recorrido sobrehumano y una astilla tan dolorosa clavada en su costado.