Lo único a lo que podía aspirar el Inter, además de mantener su puesto de clasificación a las copas europeas, era meterle una zancadilla a la Juventus para cortar con una hegemonía que ya aburre a todos: seis títulos de Liga seguidos. Con una victoria, los neazurros le permitían al Napoli -que marcha segundo en una gran campaña- superar a la Juve en la tabla de posiciones.
En un partidazo muy cambiante, la Juventus le ganó 3-2 al Inter y mantiene el liderato en la Serie A
La Juve consiguió una victoria muy sufrida y trabajada. Iba ganando 1-0 y con un hombre de más, pero se durmió y permitió que el Inter se lo diera vuelta, poniendo un heroico 2-1. Recién se despertó a diez minutos del final y pudo imponerse.
Después de un inicio parejo y sin situaciones, la Juventus parecía que resolvía el partido en cinco minutos. En el 13 llegó el gol de Douglas Costa, después de un balón cruzado por Juan Cuadrado que todos miraron, salvo el brasileño, quien definió cruzado desde el segundo poste. El Inter pidió revisión por el VAR o videoarbitraje, pero no había nada ilícito en la jugada
Y al minuto 18, la polémica por la expulsión de Matías Vecino. Polémica no por el merecimiento de esa roja, ya que su planchazo a Mario Mandzukic fue evidente y sin sentido, sino porque el árbitro, Daniele Orsato, solo le había sacado amarilla y tuvo que recurrir al VAR para hacer verdadera justicia.
Con uno menos y en desventaja, el Inter intentó con dignidad y casi araña el empate antes del cierre del primer tiempo, con un remate de Antonio Cantreva a los 29 minutos que buscaba ángulo e hizo estirar a Gianluigi Buffon para evitar la caída de su portería. Juventus, en un error que le podría haber costado caro, se tiró demasiado atrás, cediéndole pelota y terreno a su rival. La idea, seguramente, era apostar a una contra y liquidar el asunto.
En tiempo de descuento de esa primera mitad hubo otra jugada que necesitó del VAR. A los 50 minutos (se adicionaron seis por las demoras) Blaise Matuidi ponía el 2-0 para Juventus. El silbante nuevamente se equivocaba al darlo por válido, pero la pantalla lo salvó otra vez. Era un offside alevoso del francés.
En la segunda parte, la Juve siguió dejando crecer al Inter y lo pagó caro, carísimo. A los 51 minutos llegó el empate: pelota parada y gol de Mauro Icardi de cabeza. Un gol que se gritó en el Giuseppe Meazza y también en todo Nápoles.
La respuesta de la Juventus llegó a los 62 minutos a través de Gonzalo Higuaín, quien se fue solo contra el portero, lo eludió y... ¡tiró la pelota afuera! Eso le dio vida y esperanzas al Inter, que había olido la sangre y quería más.
Si el 1-1 de Icardi había sido heroico, por tener un jugador menos, ni hablar del 2-1, con ribetes de hazaña, que cayó a los 65. Iva Perisic voló por la izquierda, dejando a Cuadrado en el piso, envió el centro y Andrea Barzagli terminó haciendo un increíble autogol.
El final prometía y cumplió, vaya si lo hizo. Juventus se sacudió la pereza y a los 74 Paulo Dybala sacó un cañonazo que salvó magistralmente Samir Handanovic. Y a los 76 casi aumenta el Inter, con una corrida maratónica de Candreva que estuvo a punto de cerrar Icardi debajo del arco.
El minuto 86 fue el tiempo de un golazo de Cuadrado que desafío las leyes de la física y estableció el 2-2. El colombiano se fue por la derecha y desde un ángulo muy cerrado sacó el remate. La pelota, luego de desviarse en Milan Škrinia, pasó por un espacio tan minúsculo como el ojo de una aguja y terminó en las redes. Lo dieron como autogol, pero fue todo de Cuadrado.
La Juve ahora sabía que podía y por fin recordó que tenía un hombre de más y que su rival estaba fundido por el esfuerzo. A los 88 minutos, Higuaín enderezó su puntería y, de cabeza tras una pelota detenida, dio vuelta el partido nuevamente en favor de la Juve. Estableció el 3-2 de un partidazo que se reservó algunas emociones más sobre el final.
Con la victoria -sufrida, trabajada, sudada- la Juventus mantiene las cosas igual en la tabla de posiciones, esperando que mañana tropiece el Napoli en su visita a la Fiorentina.