Mientras el mundo tenía los encuentros amistosos en mente de cara al Mundial de Rusia, los estadounidenses salían a la cancha del Talen Energy Stadium en Chester, Pennsylvania, para dar el primer paso de un proyecto que debería evitar el bochorno de este año y colocarlos en la próxima Copa del Mundo.
Estados Unidos exhibió a Bolivia con una renovada y joven generación
Los rostros frescos de la alineación de las barras y las estrellas lucieron ante una selección boliviana sin ideas. El 11 renovado estadounidense promete grandes cosas de cara al próximo Mundial.
La primera parte fue un dominio total del conjunto de las barras y las estrellas. Bolivia lució incómoda y desordenada en todos los sectores de la cancha. La velocidad y la creatividad de un cuadro estadounidense con un promedio de edad de 23 años fue demasiado para los 11 de La Verde.
Rubio Rubín avisó a los cinco minutos tras cerrar la pinza un tanto tarde, luego de un gran centro de Timothy Weah.
Minutos después fue el mismo Weah quien tendría la oportunidad de abrir el marcador tras quedar habilitado por la banda derecha. Su remate con la diestra salió demasiado centrado, ahí donde Vizcarra se mantuvo firme hasta el último segundo para mandar el esférico a tiro de esquina.
El Team USA mostró una cara fresca, más dinámica y con mayor calidad gracias a la dupla Sargent-Weah, quienes se adueñaron de la distribución de balón y dieron salida por las bandas y el centro. Esta magnífica pared es muestra del talento de dos jovencitos que prometen mucho.
A 10 minutos del descanso sucedió lo que parecía inminente: el central Zimmerman se elevaba en un tiro de esquina para marcar un soberbio cabezazo y abrir el marcador para los locales.
Los 45 minutos restantes no cambiaron del todo. Estados Unidos continuó su presión en toda la cancha y de la mano de Weah y Sargent metieron en problemas a los bolivianos. El enemigo de La Verde resultó ser su propio arquero, quien al intentar salir jugando le regaló un pase a Sargent y el segundo del encuentro.
Siete minutos después, Timothy Weah obtendría su recompensa tras un excelente servicio de Robinson y la indiferencia de la zaga de Bolivia. El hijo de George Weah se estrenaba con la mayor en su segundo partido oficial.
Los cambios llegaron y con ello el partido se cayó. Sin Weah y Sargent en el terreno de juego, el cuadro de los Estados Unidos perdió peligrosidad y creatividad. Del otro lado no hubo respuesta y, tras 90 minutos, la pizarra se quedó en tres goles a cero a favor de una generación que promete mucho en los próximos años.