Kashima Antlers se ha convertido en el primer equipo asiático que disputará una final del Mundial de Clubes, un éxito que podría suponer el despegue definitivo del fútbol asiático.
El éxito del Kashima, ¿el despegue definitivo del fútbol asiático?
El triunfo ante Atlético Nacional metió a un club japonés por vez primera a la final de un Mundial de Clubes.
Hasta ahora, lo más recordado del fútbol asiático fue el triunfo en el Mundial de 1966 de Corea del Norte ante la Italia de Sandro Mazzola, Gianni Rivera y Giacinto Facchetti, con un gol de Pak Doo Ik en Middlesbrough, un resultado que privó a la Azzurra de los cuartos de final.
Aunque la mejor clasificación de una selección asiática en un Mundial fue el 4º puesto de Corea del Sur en el Mundial de 2002, que coorganizó con Japón, después de eliminar a Italia y España en los cruces.
Escaso bagaje para la tercera mayor confederación por número de miembros en la FIFA (tras Europa y África), teniendo en cuenta, además, que en el último mundial, los cuatro equipos asiáticos quedaron fuera en la primera fase.
A nivel de clubes, el fútbol asiático siempre ha estado en un segundo plano, sin la relevancia que tiene en Europa, América e, incluso, África.
Desarrollo a partir de la década de los 1990
De hecho no fue hasta la creación de la liga profesional japonesa (J-League) a principios de los años 1990 y la llegada del brasileño Zico, precisamente al Kashima Antlers, cuando el campeonato nipón empezó a dar a conocerse y atrajo a algunos jugadores conocidos en el final de sus carreras, como Leonardo, Ramón Díaz, Michael Laudrup o Hristo Stoichkov.
También los mejores jugadores japoneses y surcoreanos comenzaron a jugar en Europa, sobre todo en la Bundesliga, pero tras unos primeros años de cierta efervescencia, la liga japonesa ha perdido interés y el uruguayo Diego Forlán fue el último en probar la aventura de entre los jugadores de renombre, sin demasiada fortuna en Cerezo Osaka.
El relevo lo ha tomado ahora China, que de la mano de multimillonarios empresarios están invirtiendo en el fútbol europeo (entre otros en el Atlético de Madrid y el Milan) y fichando a jugadores ofreciéndoles salarios faraónicos.
El último en sucumbir a los encantos chinos puede ser Carlos Tevez, que según la prensa argentina va a abandonar Boca Juniors para fichar por Shanghai Shenhua, el equipo chino que dice que está dispuesto a pagarle 84 millones de dólares por dos años.
Antes de este Mundial de Clubes de Japón, el entrenador del Auckland City, el español Ramón Tribulietx, advirtió a la AFP: "En Asia se está invirtiendo mucho dinero, sobre todo en China, y quizás en algún momento pueda surgir allá un competidor fuerte" para los clubes europeos y americanos.
Seguro que Tribulietx no pensaba que fuese a ocurrir ya en 2016, pero lo cierto es que Kashima Antlers se ha convertido en el primer equipo asiático en disputar la final del Mundialito.
Primer finalista asiático
Hasta ahora, solo dos equipos africanos (Mazembe en 2010 y Raja Casablanca en 2013) habían sido capaces de evitar la final que tradicionalmente enfrenta al campeón de la Champions europea y de la Copa Libertadores sudamericana.
La victoria de Kashima ante Atlético Nacional (3-0) puede considerarse el mayor éxito hasta ahora de un club asiático en el Mundial de Clubes.
"Los equipos japoneses siempre han tenido muchos problemas ante los europeos o sudamericanos, por lo que representa mucho para nosotros este triunfo, no solo como Kashima, sino para todo el fútbol japonés", aseguró tras la victoria el entrenador Masatada Ishii, quien durante el torneo ya había advertido que ha llegado la hora de demostrar si el fútbol asiático "ha achicado o no la diferencia" con respecto a las dos grandes regiones futbolísticas del planeta.
No hace falta decir que si Kashima gana al Real Madrid liderado por Cristiano Ronaldo pasaría a los libros de historia del fútbol como una de las grandes sorpresas de la historia y se convertiría, además, en el tercer equipo que es campeón del mundo sin serlo a nivel continental.
Ese 'logro' solo lo han conseguido el Atlético de Madrid (1974) y Corinthians, que ganó en la edición experimental del Mundial de Clubes como anfitrión, aunque posteriormente ganó la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes (2012).