Las grandes escuadras italianas como el AC Milán, el Internazionale y la Juventus suspiraban por ella. Los uruguayos como el Peñarol la disputaban con toda la garra charrúa y los de Argentina como Boca e Independiente se la arrebataban al Real Madrid y al Liverpool Football Club. Todos, todos querían ganar la Copa Intercontinental.
¿Eran mejores las antiguas Copas Intercontinentales que los Mundiales de Clubes?
Durante más de 40 años las Intercontinentales fueron batallas épicas a matar o morir entre los campeones de la Uefa y los de la Conmebol.
Cuenta la leyenda que estos duelos de Europa contra Sudamérica eran famosos por su violencia y también por su crueldad. La de 1967 entre el Celtic de Glasgow y el Racing de Avellaneda fue bautizada como “La Batalla de Montevideo” por el duelo de desempate en la capital de Uruguay tras acabar igualados en la ida en Escocia y la vuelta en Argentina. Seis futbolistas fueron expulsados y las crónicas de los periódicos británicos la describieron como “un baño de sangre”.
Ganchos al hígado, golpes bajos, patadas arteras por la espalda, hinchas vertiendo café hirviendo sobre las espaldas de los visitantes, cabezazos, codazos, puñetazos, piedrazos y aun sillazos. Huesos rotos: las Intercontinentales a visita recíproca a través del Atlántico parecían encaminadas a desaparecer sin remedio, hasta que a alguien en 1980 se le ocurrió celebrarlas en Tokio primero y en Yokohama después.
Una compañía automotriz japonesa (la misma que patrocinó la Libertadores a inicios de los años 2000), tomó a la Intercontinental bajo su manto y la dotó de un generoso premio económico para que los mejores de la Uefa y de la Conmebol pelearan por ella alineando sólo a lo mejor. Asimismo, la compañía acordó con ambas confederaciones la participación obligatoria de sus campeones para no repetir los boicots hechos por clubes como el Bayern Munich tras “La Batalla de Montevideo”.
Varios duelos fueron épicos. ¿Quién no recuerda cuando Boca de Palermo y de Riquelme venció contra todo pronóstico al Real Madrid de Raúl, Figo, Guti y Makelele?
Sin embargo, con el paso del tiempo fue haciéndose evidente que el poderío económico de Europa sobre Sudamérica inclinaba la balanza en favor del ganador de la Champions League. Además, durante décadas, la FIFA consideró a la Copa Intercontinental como un simple "partidillo amistoso" a manera de presión para incluir a los campeones de otras confederaciones, como la Concacaf.
Con la victoria del Porto sobre el Once Caldas de Colombia en 2004 se acabó para siempre la antigua Copa Intercontinental. Hola, Mundial de Clubes. Ciertamente ya no son las luchas épicas del pasado, aunque al menos el torneo ya es más diverso. ¿Qué era mejor? ¿La fuerza de antaño o el glamur del presente?