Fue el 12 de julio de 1998 en Saint-Denis que Ronaldo no lució, rodeado de controversia acerca de su bajo rendimiento durante el partido decisivo hasta aclarar que sufrió una fuerte convulsión antes del partido. Taffarel no logró parar dos sendos cabezazos de Zizou y Dunga se quedó con las ganas de levantar un nuevo título.
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Francia se impuso 0-3 para conseguir el primer Mundial de su historia, con goles de Zinedine Zidane en el primer tiempo, ambos en tiros de esquina con remate de cabeza, uno de cada lado; y Emmanuel Petit con el tercero en una jugada en la que Brasil agonizaba y ya nada le importaba.
Fabien Barthez tuvo un par de jugadas certeras que valieron la confianza en el equipo de Les Bleus para no darse por vencido. Un remate de Rivaldo del cual se colgó Barthez para caer en línea de gol e impedir la desventaja. Luego, en una de las jugadas más recordadas, tapó un mano a mano con Ronaldo en una salida fortísima en la que el brasileño se llevó la peor parte, pero no abandonó el juego.
Ronaldo, para el segundo tiempo, volvió a tener un mano a mano con Fabien Barthez en el área chica, esta vez con mayor opción de gol, pero el guardameta francés achicó y tapó lo que hubiera sido quizá el gol del renacimiento brasileño, pese al 2-0 de ventaja.
Al final, Denilson mandó un balón al travesaño, Dugarry fallaba frente a Taffarel y Marcel Desailly fue expulsado al minuto 68, los malos augurios frente a una selección experimentada comenzaron a rondar entre la afición gala hasta que el reloj marcó los 90 minutos y sobre tiempo de compensación, Petit hizo el 0-3 del júbilo galo.
Zinedine Zidane se convertiría en la gran figura de Francia en un Mundial en el que fue expulsado en el segundo partido de la fase de grupos por el árbitro mexicano Arturo Brizio frente a Arabia Saudita. Deschamps, más tarde, volvería a ser campeón con Francia, ahora como entrenador en Rusia 2018. Les Bleus comenzaron a ser una selección de mayor respeto.
