Hace más de cien años las mujeres empezaron a querer practicar el futbol.
Geo González | El futbol sí es cosa de mujeres
El balompié es exactamente la misma pasión, no importa quién lo practique.
“Es demasiado violento para ellas”, dijeron ellos y ellas comenzaron a jugar al futbol.
“Es demasiada distracción, hay que prohibirles jugarlo”, dijeron ellos, ellas siguieron jugándolo en potreros, parques y prados.
“Nunca tendrán una liga”, dijeron ellos y ellas comenzaron a organizarse y formar equipos.
“Nunca verán un centavo de nuestra asociación”, dijeron ellos y ellas buscaron y encontraron otras mujeres que aportaron capitales económicos y culturales.
“Que jueguen menos tiempo”, dijeron ellos y ellas resistían los 80 minutos sin problema alguno.
“Que no les paguen”, dijeron ellos y ellas encontraron en el amor por el juego la mejor inversión y herencia a las siguientes generaciones.
“Que su Mundial no sea oficial”, dijeron ellos y ellas le enseñaron al mundo que el amor por el juego, la técnica, la entrega no necesitan más aval que el reconocimiento y entrega del público.
“Que el Mundial sea con menos equipos”, dijeron ellos y cada vez más y más países se incorporaron a las Eliminatorias Mundialistas.
“No las va a ver nadie” dijeron ellos y aquel último penalti de Brandy Chastain cerraba un Mundial, en el evento con más rating de la década en los EE.UU..
“Su estrategia es muy básica” dijeron ellos y la FIFA cuenta con centros de desarrollo y capacitación exclusivamente en futbol femenil.
“Ellas no viajarán en primera clase”, les dijeron ellos a las japonesas, que trajeron un campeonato del mundo y una plata olímpica a su país cuando más alicientes y motivación requería después de aquel tsunami.
“Que jueguen pero con uniformes pegaditos”, dijeron ellos, y el futbol femenil no solo se reveló al estigma, sino que se desarrolló a sus anchas.
“Que jueguen, pero en pasto sintético”, dijeron ellos y la pasión del Mundial Canadá 2015 fue la expresión más natural del gusto del deporte, por el deporte mismo.
“Nunca será negocio” dijeron ellos y el Mundial Francia 2019 impactó 142 euros per cápita al PIB, con una derrama de 18.2 millones de euros.
“Que no salgan del clóset, ni de la cocina, que no cobren lo mismo, que les hagan la portería más grande, o la cancha chica, que se peinen, se pinten, se enderecen, se tapen, que adelgacen, sean sexis, no tanto, que no se besen, ni se peleen, ni digan groserías, que no hagan tik tok, ni tiki taka, que no les presten los estadios, que son una lata, que son un gasto, que ahí vienen, que hay nanita ¡que lo hacen bien!, que qué golazo, qué paradón, que ese es mi equipo, que nos alcanzan, que ¿qué hacemos? ¡Auxilioooo!
No hagan nada, el futbol femenil es una digna, justa y refrescante realidad. Disfrútelo, porque si es tan cierto que su vida es el futbol, entonces debe gustarle por el deporte mismo. Futbol es pasión, emoción, técnica, táctica, nervio, oso, polémica, lucha, entrega, contacto, independientemente de ser practicado por hombres o mujeres.
Epílogo
“Que no lo enseñen, ni lo arbitren, ni lo comenten, ni analicen o narren” dijeron ellos y el 16 de mayo de 2021 la Final de la Liga de Campeonas, la Champions League, entre el Chelsea y el Barcelona, será vista, televisada, patrocinada, apoyada, avalada, festejada, dirigida, arbitrada, analizada, comentada y narrada por: mujeres.