Parecía un duelo abierto entre dos de los pesos pesados de Centroamérica disputándose tres puntos, mas la escuadra de Jorge Luis Pinto controló los tiempos y fue capaz de bajarle las revoluciones a una voluntariosa escuadra de “El Machillo” Ramírez.
Honduras manejó el ritmo del partido y Costa Rica sólo le sacó el empate
Los catrachos tomaron la ventaja, pero una vez alcanzados echaron el cerrojazo y los ticos no hallaron cómo llegar a la meta de Escober.
El plan de la “H” era buscar el trazo largo para Erick Andino y Rubilio Castillo. Lo lograron con una gran pelota de Canales que viajó más de 30 metros por aire, que techó a la defensa tica, y que halló al siete hondureño. Lo demás fue “coser y cantar”, como dicen en España.
Entonces el dispositivo táctico catracho (5-3-2) se activó en modo defensivo con el propósito de desesperar al rival. Costa Rica sopló, sopló y sopló, pero la cabaña hondureña no se movió.
Fue hasta el segundo tiempo, en un despiste en el área de Honduras, que el tico Francisco Calvo gozó de tiempo y espacio para fusilar por arriba a Donis Escober. Se puede decir que el guardameta pudo hacer más; aunque, como en el tenis, la pelota pasó muy cerca de su humanidad haciendo más difícil cualquier reacción.
El resto de la segunda mitad transcurrió serena, pues Honduras no cometió otra desconcentración y Costa Rica siguió confusa de ideas. El empate parece solamente alargar lo inevitable: el título centroamericano de Honduras y una decepción tica.