Durante más de un año el mundo entero ha tenido que convivir con la terrible pandemia del Covid-19, el impacto que ha tenido en todos por ahora sigue siendo incalculable, no es solo la economía, ha modificando la convivencia, las costumbres y tradiciones de la población mundial.
Hugo Salcedo | La pandemia no se detiene
Se ha cumplido más de un año desde que la vida y el deporte cambiaron en el mundo, pero la luz al final del túnel parece todavía lejana.
El deporte, como todas las actividades no ha estado exento de estos notables cambios, las economías de los clubes están afectadas, incluso los más ricos del mundo se han visto obligados ha tomar determinaciones que van desde reducir personal, evitar contrataciones, entre otras drásticas medidas.
En Francia el Olimpique de Lyon decidió dar acciones del club a los jugadores de más alto sueldo para evitar así el pago de algunos meses pendientes.
Los magnos eventos programados para este verano siguen sufriendo modificaciones; la Copa America dejó de ser organizada de manera conjunta por Argentina y Colombia, ahora de manera emergente es Brasil quien toma ese lugar. Sí, Brasil, uno de los países de mayor cantidad de contagios y muertes por la pandemia, asume la responsabilidad de esta organización.
Los Juegos Olímpicos en Tokio, de igual forma han visto amenazada en reiteradas ocasiones la posibilidad de se que desarrollen como están presupuestados, a diferencia de los pensado con un país tan organizado y civilizado como Japón, su proceso de vacunación ha sido muy lento.
En Europa hay algunos países que validaron el ingreso de los aficionados, sin embargo continúan con estrictas restricciones en la vida cotidiana.
Cuando pensábamos que la pandemia estaba próxima a devolveremos la vida habitual parece que no es así, que tendremos que seguir conviviendo un tiempo considerable con los estragos que nos ha dejado esta terrible condición.