El delantero mexicano Javier Hernández fue la contratación más importante para la histórica temporada 25 de la Major League Soccer ( MLS). La salida de Zlatan Ibrahimović forzó a la directiva del equipo angelino a buscar a alguien de talla mundial; a un consistente productor de goles que se encuentre a la altura del sueco y de la gran figura de la liga, Carlos Vela.
Iván Kasanzew | Pasión y humildad no se compran
Javier Hernández no muestra el deseo de jugar al futbol, cree que ya cumplió; además, no tiene humildad.
Luego de evaluar varias opciones, el LA Galaxy llegó a la conclusión que Chicharito era el hombre indicado. Si bien su carrera se encontraba en rumbo descendente, su juventud (31 años), récord con la selección mexicana (máximo goleador del TRI con 52 goles) y el hecho de tratarse de un nuevo desafío lo convertían en una gran apuesta.
En los papeles era un fichaje muy parecido al de Vela. Los dos brillaron en Europa, los dos jóvenes y mexicanos, aunque CH14 mucho más mediático que el estelar de LAFC.
Lo que el Galaxy no pudo comprar es a alguien que muestre pasión por el deporte que más amamos. Al menos no en este comienzo de campaña. Javier Hernández no muestra el deseo de jugar al futbol, cree que ya cumplió y que no tiene nada que probar y, además, no tiene humildad.
Apenas llegó al Galaxy se autoproclamó "leyenda del futbol mexicano", en lo que se entendió como una muestra de arrogancia y de alguien al borde del retiro. Si el Chicharito no tiene nada que demostrar, qué le queda entonces a Lionel Messi (32 años) y a Cristiano (35 años).
En la vida, en nuestras carreras, estamos bajo la lupa todo el tiempo. Un reportero es tan bueno como su última historia, un cirujano como su última intervención quirúrgica y un delantero como su última actuación. Chicharito, por rebeldía o algo más profundo que tendría que ver con su "consejero espiritual", pareciera no creer en estos principios básicos de la vida.
Hace poco dijo que "no venía a retirarse", pero que "estaba cerca del retiro", una declaración contradictoria. En las semanas previas al debut y luego del 1-1 en Houston dio muchas entrevistas, participó en diferentes shows y se lo vio en los juegos de los Lakers, cosas que solo aumentaron sus distracciones.
Chicharito parece olvidar que no viene de marcar 20 goles en el Sevilla, ni de brillar en el West Ham United, y que tiene que regresar a las raíces, a volver a ser aquel goleador que cautivó al mundo. Tras el debut en casa con derrota ante Vancouver, decidió dejar plantados a los medios de prensa, otra reprochable actitud. Siempre hay que dar la cara y sobre todo en las malas.
Ojalá Chicharito se dé cuenta que se encuentra ante otra gran oportunidad que le presenta la vida. Ojalá la historia lo recuerde como alguien que vino a la MLS a mejorar la liga. Por ahora, no se ve la luz al final del túnel.