La crisis del Barça sin gol y una paupérrima defensiva

En el FC Barcelona costará tiempo olvidar el balde de agua fría que se llevó anoche en Balaídos, donde el equipo de moda en el inicio de temporada de la Liga, el Celta de Vigo, le dio una paliza de goles y fútbol.

Aunque Luis Enrique advirtió en los días previos que podía pasar la derrota, eso no evitará que se detonen las críticas en contra de su equipo y las miserias que han mostrado en defensiva.

También es cierto que si los atacantes blaugranas anoche hubieran tenido la contundencia del año pasado, muy probablemente el marcador no hubiera acabado con ese escandaloso 4-1, sino quizás cayendo por la mínima.

El Barça ni marca ni defiende. Ya desde la pretemporada exigente que tuvo que afrontar, las goleadas y tantos de cabeza en contra fueron un indicador de que algo no iba bien. (Con información de EFE)

El equipo catalán, que perdió el liderato a manos del Celta tras cuatro jornadas invicto, hace semanas que ha evidenciado un verdadero problema con el gol, tanto en su meta, como en la portería del rival.

En la propia puerta, anoche fue la tercera vez en esta temporada que recibe cuatro goles; contra el Sevilla en la final de la Supercopa de Europa (5-4), contra el Athletic de Bilbao en la idea de la Supercopa de España (4-0) y esta contra el Celta (4-1).

Después de 18 jornadas sin perder en la Liga, tras hacerlo por última vez el curso anterior en el Camp Nou ante el Málaga, el Barcelona no ha acabado de cerrar con firmeza su defensa, en la que desde que empezó esta campaña no ha definido una línea compacta ni indiscutible.

A la nueva lesión de Thomas Vermaelen, se suma la aparición esporádica sin continuidad de Marc Bartra y el sancionado cuatro partidos Gerard Piqué, quien anoche reapareció y no estuvo fino en dos goles.

Tampoco han ayudado las bandas, donde las lesiones y molestias de Dani Alves y Jordi Alba también han privado a Luis Enrique de tener a su disposición el cuarteto titular del año pasado, junto a Marcherano, y así adquirir confianza.

Más seguro parece el centro del campo, donde la tripleta Rakitic, Busquets e Iniesta se ha mostrado casi inamovible a excepción de las rotaciones para que descansen, pero esta línea no ha acabado de brindar la ayudas necesaria para evitar que la defensa pase tantos apuros.

De igual modo le sucede a la delantera, aunque es la mejor línea del club, se ve afectada por dos carencias: poco sacrificio y trabajo defensivo, y escaso acierto adelante.

De igual modo le sucede a la delantera, aunque es la mejor línea del club, se ve afectada por dos carencias: poco sacrificio y trabajo defensivo, y escaso acierto adelante.

El partido ante el Celta evidenció a los tres indiscutibles, Messi, Suárez y Neymar, quienes sólo marcaron un tanto de las claras ocasiones que tuvieron y, respecto a los tres delanteros del Celta, robaron un tercio de balones de los que capturaron los de Berizzo.

El acierto goleador es, al fin y al cabo, el gran problema que en realidad carga el Barça, debido a que, a excepción del 4-1 que le endosó al Levante el domingo, con un doblete de Messi, pero con un penalti fallado, la suma de goles del resto de partidos (cinco) no encaja con las cifras que han hecho temibles a la MSN.

Remates claros fallados, jugadas de uno a uno contra el arquero rival y otras acciones que normalmente acabarían en gol de las botas de Messi, Suárez y Neymar han pasado de ser ocasiones a errores que se encadenan sin parar.

Esa falta de contundencia ha ocasionado un grave problema para el Barcelona a estas alturas de la Liga, pues su notable tridente ofensivo ha entrado en una dimensión de fallarlo casi todo, lo que explica por qué los blaugranas solo han marcado cinco goles en cuatro partidos de Liga sin contar el duelo con Levante.

Un dato relevante es que en los cinco partidos que ha jugado el Barcelona en la Liga española, ha sido incapaz de anotar un solo gol en la primera parte, lo que puede ser por dos razones.

Que el equipo no genera las ocasiones necesarias para adelantarse en el marcador durante los primeros 45 minutos o que sus atacantes arrancan demasiado relajados los partidos confiando en marcar en el complemento, lo que no ha pasado con la regularidad acostumbrada.

Mientras que en la portería el Barça ha sufrido con el joven Ter Stegen, que está llamado a ser el gran meta del equipo en los próximos años, pues el alemán ha recibido 15 goles en los seis partidos que lleva jugados este curso, cinco de ellos en la Liga donde apenas debutó este año.

En el juego de anoche contra el Celta, Ter Stegen sólo hizo una intervención de mérito, mientras que encajó cuatro goles, dos de ellos donde pudo haber hecho más por evitarlos.

Sin duda una situación que ha influido demasiado para acrecentar las críticas al portero alemán, es la lesión del chileno Claudio Bravo quien padeció un problema muscular que evitó que pudiera arrancar la temporada.

Bravo fue el titular indiscutible del Barcelona en Liga la temporada anterior, donde incluso tuvo un arranque impresionante imponiendo un récord colgando el cero en los primeros ocho partidos, y terminó llevándose el Zamora al recibir solo 19 goles en 37 partidos.

Esa sensible baja está perjudicando seriamente al Barcelona que ha tenido que recurrir a Marc-Andre Ter Stegen en el arco liguero que, más allá de sus ganas por ser titular y una supuesta riña con Bravo, el alemán no ha demostrado tener los tamaños para asumir el reto de ser el dueño absoluto de la cabaña azulgrana.

Ter Stegen reportó 11 días antes al equipo sacrificando sus vacaciones para pelear por la titularidad con el chileno mostrando ambición al no conformarse con defender la portería culé en Copa y Champions. Sin embargo los números no le han ayudado.

Después de dos semanas de la lesión de Bravo, el germano solo ha aumentado la estadística de goles en contra, que en un total de seis juegos oficiales está a sólo tanto de los 16 que recibió en 21 encuentros el año pasado en ambas competencias.

Apenas con cinco jornadas transcurridas, el joven portero alemán ha recogido 15 balones de sus redes, lo cual arroja un promedio de casi tres goles encajados por partido.

Más allá del debate sobre su forma de jugar, su mal juego aéreo y la influencia de Neuer lo condena, o si son más sus yerros que los aciertos del rival, la cuestión numérica es inapelable contra Ter Stegen.

El cancerbero no tiene de otra. Necesita mejorar en este sentido. Tanto, que hace ocho partidos que no es capaz de dejar la portería en ceros. La última vez fue en mayo, en la ida de las semifinales de la Champions donde el Barcelona le pegó 3-0 al Bayern Munich.

La buena noticia para el Barcelona es que Claudio Bravo apunta a reaparecer ante el Sevilla y en el inter solamente restan dos partidos, ambos en el Camp Nou, ante Las Palmas en Liga y contra Bayer Leverkusen en la Champions League, donde Ter Stegen debe acallar todos los señalamientos.

Estos duelos serán vitales para el Barcelona, que disputará la sexta jornada ya como quinto clasificado en España, con un único objetivo: el de recuperar la confianza y el gol, además de cerrar la puerta para volver a ser el equipo que lo ganó todo hace apenas unas semanas.