En julio de 1936 estalló la Guerra Civil en España, el mundo entero conoció entonces el nombre de Francisco Franco. Aquel periodo beligerante se extendió durante tres años y el fútbol no escapó a la pesadilla que representa una confrontación armada.
La gira por México y Estados Unidos que salvó al Barcelona
Hace 80 años, la Guerra Civil española hizo peligrar la supervivencia del FC Barcelona. Entonces desde tierra azteca recibió una oferta por 15 mil dólares y seis juegos.
Con dificicultad se armaron ligas regionales y ni pensar en un campeonato nacional. Aquella nación era un polvorín.
En este marco, a finales de marzo o principios de abril de 1937, el club Barcelona -qué vivía una situación económica dramática-, recibió una oferta para disputar seis juegos, aunque al final fueron 10, en tierra mexicana por 15 mil dólares.
La oferta vino de Manuel Mas Soriano, un exjugador mexicano de básquetbol, reconvertido en hombre de negocios en Barcelona.
La propuesta incluyó el transporte y otros gastos. Fue una suerte y la gente del conjunto catalán no lo pensó demasiado. Era alejarse de una guerra y de la inseguridad por la situación política del club, y por supuesto la solución temporal a su crisis económica.
Iniciaron de inmediato los trámites para el desplazamiento y cuando estuvieron listos viajaron al puerto francés de Saint Nazaire de donde el 24 de mayo se embarcaron rumbo a México.
El 8 de junio arribaron al puerto de Veracruz en donde el recibimiento fue cálido y amable, situación que se repitió por donde pasaban o jugaban, aunque por supuesto hubo quien quiso ver aquel viaje con cierto matiz político.
En su primera noche en la Ciudad de México, por ejemplo, se encontraron a la entrada del Casino Español una bandera franquista y hubo voces de algunos socios de aquel sitio que hicieron un llamado a boicotear la gira, pero fueron menores y no prosperaron.
El 20 de junio, en el Parque España, se enfrentaron al América en su primer duelo en México. El resultado fue una victoria de 2-0 para los mexicanos (los goles fueron de Navarro y ‘Titi’ García Cortina). Así inicio la gira que se prolongó hasta finales de agosto.
Y aunque en un principio tenían planeados seis encuentros, finalmente disputaron 10.
En circunstancias comunes aquel viaje habría terminado en tres semanas o un mes, pero se prolongó por dos meses. Nadie en el conjunto catalán parecía apresurado por volver a su convulsionada nación.
Hospedados en el Hotel Continental pasaban tardes agradables de cine, paseos o cartas.
En sus siguientes juegos Barcelona ganó al Atlante (2-1), al España (5-4), al Necaxa dos veces (4-2 y 2-1), al América en un segundo enfrentamiento (3-2) y al Cidosa (7-2).
Además de la derrota ante las ahora Águilas, el conjunto catalán también cayó ante el Asturias (5-1) y ante la Selección Mexicana en un par de ocasiones (5-2 y 3-1).
Su último duelo en tierra mexicana fue el 28 de julio ante el Cidosa.
Aunque en un principio se habían contemplado sólo seis duelos para después volver a Barcelona, ante la dificultad para volver a España y la poca disposición de todo el grupo para ello, pactaron cuatro encuentros más.
Luego, ante una nueva propuesta de Mas Soriano, continuaron la gira por Nueva York en septiembre. También contaron con todos los gastos pagados, pero la paga fue de apenas 500 dólares.
Por supuesto, el paso del conjunto azulgrana por Estados Unidos no despertó el mismo entusiasmo que en México por aquello de la poca popularidad del balompié en el país norteamericano hace 80 años.
Aún así, ganó todos sus duelos empezando el 6 de septiembre con el Brooklyn Hispano (4-2) que represantaba a la comunidad latina.
Luego venció a un combinado de jugadores italianos, irlandeses y de otras naciones europeas que se denominó Nueva York (4-3) y a una selección similar a la anterior llamada American Soccer (2-0). Finalmente se impuso a un combinado judio (3-0) el día 20 de septiembre.
Tres meses después de iniciada la gira, casi cuatro desde el inicio del viaje, jugadores, directivos y cuerpo técnico se vieron en la disyuntiva de volver a Barcelona o quedarse en América como exiliados.
La mayoría optó por regresar a México y entonces el fútbol azteca, como en muchos otros ámbitos de la vida cultural y comercial mexicana durante la Guerra Civil Española, se nutrió de un grupo de españoles de gran categoría en su especialidad.
Martín Ventolrà, quien se enamoró de una sobrina de Lázaro Cárdenas y se casó con ella, encabezó aquella lista.
Urquiaga, Iborra, Pedrol, Gual, Fernando ‘Gavilán’ García y Tache, que en realidad era sevillista y que previo al viaje apareció en la Ciudad Condal y lo incorporaron a la gira, le siguieron. Incluso en 1938, Munlloch, tras viajar a España, regresó a México.
La mayoría de ellos nutrió a clubes como el España y el Asturias en los siguientes años.
Al final de la gira en octubre, Calvet -secretario del club- optó, ante la posibilidad real de que el dinero le fuera incautado en nombre de alguno de los bandos de la guerra, por depositar los 12, 500 dólares (461,799.10 pesetas de la época) en un banco de París.
El viaje y el dinero de aquella aventura no solo ayudaron a sobrevivir al club en aquellos penosos días.
Al final de la Guerra Civil en 1939, buena parte de aquel dinero sirvió para pagar deudas y reencaminar al FC Barcelona en la historia del fútbol mundial.