Hace una semana el nombre de Miguel Herrera figuraba en los medios mexicanos como uno de los entrenadores considerados por el Betis para su próximo proyecto deportivo.
Raúl Méndez | Musho Piojo para el Betis
A pesar de su paso en América, la experiencia en selección lo ha puesto en otro nivel.
No es mi intención cuestionar si quienes subieron la noticia a sus diferentes plataformas hicieron primero la verificación correspondiente para confirmar que, efectivamente, Herrera estaba en la agenda del club andaluz.
Lo que me atañe es establecer que Herrera es el entrenador mexicano con mayores posibilidades para dirigir en el futbol europeo.
Créame que el Piojo tiene cierto cartel internacional por sus méritos como entrenador de la Selección Mexicana. La experiencia en el Mundial lo colocó en el radar, especialmente aquel partido contra Chile de la Copa América 2015 que acabó empatado a tres goles.
Con un equipo alterno el Tri hizo sufrir a la Roja de Jorge Sampaoli en su camino al título continental. Por eso años después lo buscaron para tomar las riendas del representativo andino.
A pesar de su paso exitoso al frente del América, es la experiencia en selección lo que ha puesto a Herrera en otro nivel.
No se trata de subestimar la Liga MX pero para jugadores y entrenadores mexicanos es el roce internacional a nivel de selección lo que los pone en la vitrina. A los visores de clubes europeos les interesa medir su competitividad ante los rivales más exigentes, los que enfrentarían habitualmente en el Viejo Continente.
Su estilo ha cortado el cordón umbilical lavolpista siendo capaz de gestar el propio. Ya no es tan arrojado como al principio de su carrera. Cuando tiene que asegurar una ventaja mínima prioriza el orden sin renunciar a la posesión.
Su contratación también asegura el acceso al mercado mexicano donde la figura del Piojo es rentable no obstante los desatinados ataques de ira que lo marginaron de un Mundial como jugador y, años más tarde, le costaron el puesto como seleccionador nacional.
Para aquellos clubes que priorizan los beneficios económicos, apostar por el actual entrenador del América puede traducirse en una mejora en el presupuesto porque seguramente llegarían patrocinadores mexicanos.
En el caso de los equipos que anteponen los valores por encima del dinero, Herrera debe templar ese carácter para no incurrir en otro pecado irreversible.
Es también una figura mediática, ideal para el show televisivo en el que se ha convertido un partido de futbol. Es muy accesible, difícilmente se niega a una entrevista o evade una pregunta.
Para bien o para mal acapara los reflectores ávidos de conocer sus reacciones en el área técnica así como las conferencias de prensa donde busca culpables de las derrotas que van desde los árbitros hasta los entrenadores rivales.
Aunque Betis ha apostado por el venerado Manuel Pellegrini como su próximo entrenador que Miguel Herrera dirija en el futbol europeo no lo veo tan lejano.
Hasta la próxima semana, ¡cuídense mucho, por favor!