Se cumplen 11 años de la humillación del Barcelona al Real Madrid

Se cumplen 11 años de la humillación del Barcelona al Real Madrid en el mismísimo Estadio Santiago Bernabéu, una noche que no olvidará nunca el conjunto catalán... y mucho menos la institución merengue.

Si hay algo que el todopoderoso equipo de Valdebebas, con su señorío, investidura y, desde luego realeza, no se puede permitir es perder, mucho menos ser goleado, y si es así, al menos no en su propia casa, y si de plano no se puede evitar esto, al menos es inconcebible que el rival más odiado sea el responsable de todo esto. El Real Madrid tuvo que cargar con el peso de todo esto el 2 de mayo de 2009.

Josep Guardiola comandaba a un Barcelona en camino al sextete y, en la primera vuelta de la Liga de España, ya daba avisos de lo que estaría por venir y de la historia por forjar. El propio Bernd Schuster, el técnico merengue, advirtió previo al clásico en el Camp Nou que "no había nada qué hacer contra ese equipo", una declaración que le costó el cese.

Juande Ramos ocupó su lugar, perdió "con decoro" por 2-0 en la ciudad condal y, a partir de ahí, inició un camino virtuoso e idílico en el que se mantuvo invicto por prácticamente toda una ronda dentro de la competición ibérica hasta llegar a ese 2 de mayo en el que, incluso, el Real Madrid partía como favorito ante el líder Barcelona, era el encuentro que definía LaLiga, sin más. Los ingredientes estaban puestos para que la remontada blanca se consumara en el Santiago Bernabéu.

Chamartín: del éxtasis a la agonía

Y el Bernabéu explotó. Higuaín lograba el primer gol del encuentro con el que el Real Madrid encaminaba el marcador esperado, pero la alegría duró poco. Thierry Henry hizo quizás su gol más significativo con la playera blaugrana para lograr el empate e, instantes después, Carles Puyol firmaba la voltereta.

Un Lionel Messi que jugaba el año de su consolidación puso el tercer tanto para la visita en lo que fue el gol que silenció definitivamente a la "casa blanca" para no volver a escucharse.

El sonido del silencio mermó en los jugadores merengues quienes sacaron fuerzas desde el último milímetro de su césped sagrado para recortar la distancia a un gol vía Sergio Ramos. Todo ese esfuerzo fue inútil ante un Barcelona tirano, bestial, déspota, imponente, infinito.

Henry sepultó definitivamente cualquier esperanza con su doblete en lo que sería ya un monólogo blaugrana, Messi también logró su segundo gol y la cuenta se cerró con Gerard Piqué, sí, aquel que se encargará de recordarle al Real Madrid por siempre y para siempre lo ocurrido en esa noche.

El 2 de mayo de 2009, el Guardiolismo adquirió relevancia, misma que serviría como cimiento sobre el cual se edificaría el legendario sextete de ese año. Una humillación recibida de Real Madrid más incrédulo ante el Barcelona más salvaje.